Samuel Juárez es el conselleiro responsable de medio ambiente, mientras que del otro medio y por lo que estamos viendo debe encargarse el ángel de la guarda. A Juárez pudieron ustedes leerlo (sic) en una entrevista (sic) que apareció en El Correo Gallego dando cuenta jurada de las evoluciones de los fuegos este año y, sin querer parecer incendiario, hizo saltar chispas sobre cómo desbrozar la información. Y todo porque sin querer hacer leña del árbol quemado el susodicho conselleiro afirmó, ante una pregunta incómoda de la entrevistadora que puede costarle el puesto sobre las limitaciones puestas a la información sobre el número de incendios, que no es su departamento el que se dedica a limitar la información sino que no promocionan esa información. Ante esto hay que reconocer que Juárez se explica como un libro (en blanco) abierto.
Así están pues las cosas, tanto, tanto y tampoco estos saben qué hacer con los fuegos como antaño el bipartito. La culpa es del bioclima que hace crecer la biomasa aumentando el riesgo de la combustibilidad, a lo que hay que añadir a los delincuentes de mechero y los terroristas (sic). Pero al menos leyéndole hemos aprendido dos cosas: primero, que no volveremos a leerle más; y segundo, que veinte hectáreas ardiendo es un conato de incendio, y veintiuna un incendio en toda regla, y que de los conatos no se informa porque “no tiene entidad para ser noticia”.
Es lo que se llama vender humo.
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