Por Lupe Castiñeiras
Llegada que fue la hora electoral, ocurrió con los partidos como en la consulta del dentista,
que nadie quiere ser el primero en pasar. Tampoco en Santiago, donde el
análisis electoral se resume en una sola frase: esto es lo que hay. Todos
sabemos sumar, extrapolar y ver tendencias como quien ve formas de animales en
las nubes. Pero, repetimos, es lo que hay. Y un solo añadido más para
clarificarlo todo: además, no hay quien lo entienda.
En números tan redondos como círculos viciosos, la visión
del recuento como cuadro impresionista nos hace fijar los ojos en la presencia
de Podemos, ese partido que ha sido capaz de traducir en votos los ‘likes’ de
las redes sociales a base de fotos con mensajes facilones. Fijarnos en el
estancamiento, siendo amables, del Bloque, y en la subida de AGE más allá de la
maraña coalicionista tras la que se encuentra. Y, cómo no, en las colosales
bajadas de Psoe y especialmente del Pp. ¿Qué más se puede decir para demostrar
cuánto sabemos de aritmética? Que el actual bipartidismo se tambalea por la
fuerza del ‘quítate para ponerme yo’.
Nada más lejos que hacer una lectura local de los resultados
ni mucho menos hablar de proyección en la intención de voto, la historia
electoral de las últimas décadas impide siquiera intentarlo. Pero lectura,
haberla haila, y por fascículos. Resulta
obligado hacerlo a la vista del turbio presente judicial que atenaza a los
populares compostelanos, una realidad íntima que, sin embargo, ha tenido un
reflejo inesperado en las urnas. A bulto, siete mil votos menos, es decir, los
mismos de más que, a bulto, han obtenido
los partidos emergentes antes citados. Pero siendo realistas no cabe pensar en
buena lógica que ese desencanto haya ido a parar a grupos de izquierdas, no el
grueso de ellos, naturalmente. Tal vez un buen pellizco de los socialistas,
otro menor si cabe del Bloque, pero difícilmente del Pp, aunque no sea cosa imposible.
Entonces, ¿dónde están esos votos? En casa, no cabe otra, una extraña manera de
entender el desencanto, el miedo a la realidad, el hartazgo o como se quiera
llamar al asunto. Lo único cierto es que el castigo a los populares, a sus
imputaciones, no se ha traducido en un trasvase del voto a otras formaciones. Y
esto debe llevar a los unos a una seria reflexión que vaya más allá de la
obligación de poner buena cara y decir sin más que se ha ganado, y a los otros
a pensar que ni en este contexto de judicialización política son capaces de
arañar unos votos más. Porque si ese porcentaje que tuvo miedo a votarles para
no estrellarse de nuevo lo hubiera hecho, el efecto de los partidos emergentes
hubiera sido mucho menor. O es lo que cabe pensar, claro.
A esta hora se hace infantil extrapolar, hablar de tendencias,
a sumar votos en función de izquierdas o derechas, la realidad en Santiago ha
demostrado una vez más que escapa a la lógica de los hechos. Los siete mil
votantes ausentes de esa derecha tendrán la llave en la próxima convocatoria
donde las circunscripciones y la normativa electoral condicionarán nuevamente
los actuales resultados. De la capacidad de unos y otros para convocarlos
dependerá el resultado. Por nuestra parte sólo nos atrevemos a hacer un
vaticinio llevados de la experiencia: la realidad volverá a superar a la ficción.
Veremos si también a la fricción.
2014 2009
Votos
|
% Voto
|
|
Votos
|
% Voto
|
|
P.P.
|
10.249
|
29,14%
|
PP
|
17.049
|
48,88%
|
PSOE
|
6.286
|
17,87%
|
PSOE
|
10.757
|
30,84%
|
AGE
|
5.483
|
15,59%
|
BNG
|
3.784
|
10,85%
|
PODEMOS
|
3.103
|
8,82%
|
UPyD
|
829
|
2,38%
|
BNG
|
2.905
|
8,26%
|
EU-IU
|
753
|
2,16%
|
UPyD
|
1.431
|
4,06%
|
II
|
244
|
0,7%
|
C's
|
942
|
2,67%
|
LV-GVE
|
227
|
0,65%
|
CxG
|
563
|
1,6%
|
IZAN-RG
|
190
|
0,54%
|
VOX
|
509
|
1,44%
|
PACMA
|
133
|
0,38%
|
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