Por Ana Ulla
Cuando hace tiempo leíamos por estas lindes aquello de que “Del
huevo sucesorio que puso al marcharse Sánchez Bugallo...”, pocos se percataron de
que semejante gestación pudiera salir con dos yemas. La primera, la de Pacoreyes
(precioso apelativo con evocaciones de torerillo en su alternativa), y una
segunda acaso más inesperada, la de María G. (¡jé!) Bugallo, dos yemas para la tortilla
que ha salido después del ridículo que supuso el intento del Mercedistán entre
costuras. Y es que esta María se presenta como la nueva almiranta de la nave
socialista compostelana, esa en la que nadie rema porque todos se tienen por
capitanes. Almiranta de este mar de piedra salada a pesar de que la mayoría que
la respalda no pasa de un porcentaje de votantes, exiguo y digno de hacerle un
monumento por el esfuerzo mostrado, cosa que sin embargo no hace sino mostrar
la realidad de las recientes primarias, que el compromiso adquirido vía
pisos-pateras no era otra cosa que la plasmación en carnéses de la frase que
más suena en los corrillos políticos y posturero-culturales de la ciudad: “¡colócanos
a todos!”
Y ahí quedó eso, que el primo dejó a la prima en la casa del
pueblo para marcharse a la casa de todos, el parlamento, a hacer dieta, a
luchar como un jabato por “su” ciudad. En silencio, callado, un trabajo sordo,
invisible que nadie ve ni nadie conoce, pero denodado. O eso dice él. ‘Prima, ahí te dejo con la
parentela, cuida que no se salgan de madre o se monta el lío padre’.
Tal estaban las cosas que entre los miembros de la
desagrupación socialista las heridas eran tan profundas que podía verse el otro
lado a través de ellas, y en ese lado quien estaba era otra, Pilar Cancela, que
por unos instantes cambió los chales por los paños calientes para suplicar que
hubiese paz, que el enemigo (sic) no está “dentro del partido, sino fuera”, proclama
que para algunos venía a decir que dentro del partido ya no queda nadie, o que
hablaba del Partido Popular, o de un Expediente X. A saber.
Este es parte del panorama que se le dibuja a la prima del
primo, conducir a su partido por el carril de la derecha para que no le
adelanten por la izquierda, o al revés. Y que entre todos, dicen, la enseñan a
poner debidamente el acento en lo más importante para los socialistas: saber
qué es lo más importante para los no socialistas.
Ana Ulla: lampreasyboquerones@gmail.com
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