Por Lupe Castiñeiras
Resulta difícil comprender qué atractivo tiene emprenderla a
palos con los alcaldes de Santiago.
Recordemos el petardazo que pusieron en el
piso que ocupó Sánchez Bugallo, o la paliza que dieron a Conde Roa hasta dar
con sus huesos en urgencias y que tan jaleada fue en las redes, y ahora tenemos
al tarado que amenaza a Noriega en su muro. Será una tradición, quién sabe, extraña
pero tradición con algo en común, como dice Noriega en su basta sabiduría, y la
causa pueda encontrarse en las decisiones de gobierno adoptadas, posibilidad
más plausible que, por ejemplo, amenazar por las cursilerías chirriantes de
unos y otros. Pero a diferencia de los anteriores, nuestro Amado Líder da un
paso más allá y habla de ‘caldo de cultivo’ que dan pie a las tales amenazas,
cosa que no hicieron los otros, señalando a aquellos que se encargan de
fomentar, ampliar y difundir las críticas hacia esas decisiones de gobierno. Lo
cual, bien entendido, es un llamamiento en toda regla a poner fin, o buen coto,
a las mismas…
…y es que solo unas horas antes Noriega ponía en el
disparadero del matonismo poligonero, por segunda vez en pocas semanas, a El Correo
Gallego por las críticas vertidas hacia su primer trimestre al frente del
Concello. Criticaba que se le criticase y sostenía sus críticas en el dinero
público que recibe o recibió el rotativo. Más nos hubiera gustado que dijera
que las críticas eran falsas, irreales, inventadas o injustificadas, pero de
eso no ha dicho nada. O lo ha dicho todo: lo importante es que recibe dinero
público, no la veracidad de lo expuesto. Ya antes había señalado en su muro
particular a ese periódico por sus críticas envenenadas utilizando para ello
información privilegiada, lo que llamaba algo así datos que obran en el
Concello, para desbarrar contra El Correo por sus editoriales, llevándonos a
preguntar qué hubiera ocurrido si su postura hubiera sido más condescendiente
con su grupo municipal. ¿Carga contra El Correo por el dinero público recibido,
o porque le critican a él? Es difícil saberlo dada su recalcitrante ambigüedad,
pero sí sabemos cómo su partido de entonces, BNG, del que era uno de sus principales
dirigentes, callaba lo de los dineros públicos cuando gobernaba en plan
bipartito en la Xunta o como ‘gobierno de progreso’ en Raxoi. Callaba, y Noriega
con él.
Pero, ¿por qué utilizar su muro personal con información
municipal privilegiada solo contra El Correo? La única explicación que se nos
ocurre es que se trata de un aviso a navegantes, tirando de la cuerda por el
lado más débil, el económico que ahoga a esa empresa. Más duras han sido las
críticas que le ha dirigido La Voz de Galicia pero sobre este periódico calla.
No sabemos si es por el buen puñado de periodistas afines hasta la baba que
preñan su redacción o por otro motivo que prefiere silenciar, pues a recibir
dinero público nadie supera a La Voz. Más bien parece ese aviso a navegantes
pues no resulta difícil colegir de las palabras de Noriega que, o se cambia la
línea editorial, o el boicot será un hecho, aprovecharé mi cargo para lanzar
nuevos torpedos a la línea de flotación y ahí están mis huestes para acabar de hundir
lo que quede. Aviso a navegantes que se concreta en El Correo, es cierto, pero
para que llegue al resto de medios de comunicación, comunicadores y opinantes
que osen criticarle. Recuérdese, en palabras del propio alcalde, que en
Santiago “sí se discrimina por ideología o por razones políticas”. ¡Y tanto que
sí! Pero sabe que mientras sea a ‘los otros’, ninguno de sus votantes va a
protestar porque se recorte algún que otro derecho fundamental.
Porque en Santiago se da el caso de alcaldes que amenazan
desde su cargo a la prensa….por muy corrompida, estulta, vana, comprada o mala
sea. Y esa amenaza tiene un nombre, el de fascismo. Y aquí, en Santiago, lo
estamos viendo.
Así se encuentra a día de hoy el estado de los amenazados y
los amenazantes, un cuento de locos. La noche vuelve a cernirse sobre la ciudad
y es tiempo de recordar los caldos de cultivo que tanto gustan al alcalde, ese
talante democrático que le llevó a decir en un mitin, allá por mayo que si no resultaba
elegido “vamos a tener que ejercer la desobediencia civil”, que es otro tipo de caldo de cultivo por muy a Gandhi
(y Lucas) que suene. Mitin en el que, por cierto y hablando de amenazas de
muerte, su Maestro el honorable Beiras calificaba a quienes colocan bombas en
Galicia, no solo amenazando con hacerlo, como “jóvenes un poco pasados de rosca (…) a causa del sistema que encarna el Pp”. Queda por saber si de estas
calificaciones habló Noriega con el alcalde proetarra de Pamplona cuando hizo
de telonero a Colau en Barcelona.
Pero ni una sola amenaza de muerte más, a nadie, por nada, y
ojalá todo quede en nada después de la detención de ese degenerado. Aunque mal hace
el ‘alcalde de la gente’ con aprovecharse de las circunstancias para darle a
quien no quiere ningún tipo de caldo de cultivo, tres tazas.
Lupe Castiñeiras: lampreasyboquerones@gmail.com
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