El suicidio de Arins, y los dineros del Alcalde en el banco que lo desahució

Por Lupe Castiñeiras

Menos de veinticuatro horas ha tardado el alcalde de Santiago, nuestro Amado Líder, Martiño

Noriega, en lanzar el cuerpo del vecino desahciado en Arins a sus oponentes políticos. Víctima de un desahucio con connotaciones terribles, no ha dudado el mínimo mandatario compostelano en hacerlo suyo, como a tantos otros. Mientras, gracias a ese desahucio él podrá seguir percibiendo dividendos del banco que lo desahució, donde tiene sus intereses y cuentas particulares, y el día de mañana cobrar ese plan de pensiones que tiene contratado, vinculado dice, a una ex-hipoteca, extraño producto que todavía nadie se explica en qué consiste. Dicho pronto, mal y demagógicamente: el alcalde tiene su dinero en el banco que ha desahuciado al vecino de Arins que se ha suicidado a causa, al parecer, de dicha ejecución. Y punto. Para que se ande con demagogias.  No lo decimos nosotros, sino que lo publicó él mismo en su declaración de bienes al acceder al cargo….

Mientras, pues ni siquiera acudió a lo que iba a ser un baño de multitudes asamblearias con motivo de sus primeras cien noches de gobierno y acabó en meras salpicaduras de figurantes, confesaba en una entrevista cometida en Santiago TV que no tiene de qué hacer autocrítica por este período, que ya la hará, si ha de hacerla, cuando corresponde, si es que corresponde. Talante democrático. Ni siquiera sus inexpertos conejales ya que, más que inexperiencia, solo se les puede achacar que han querido cambiar tantas cosas que la realidad se los ha impedido. Y se queda tan pancho, oiga. La primera vez que la realidad no se ajusta a un programa electoral.

De manera que hoy nos sueltan desde su rancho de Raxoi que quieren que los cativos vayan al colegio andando, porque es una experiencia única que, pensamos, en pleno invierno puede llegar a ser hasta lo último que vean sus pobres ojitos. De esa manera, aseguran, hablarán con sus compañeros y evitarán situaciones de sobreprotección de sus padres, empeñados en llevarlos ellos mismos hasta la puerta del colegio. ¿Nada más? Quién sabe, porque ese proyecto pretende de paso que semejante hormiguero de cativos camino de las aulas, donde para colmo les esperan las febriles ensoñaciones de Manuel Dios, el tío Gilito de Compostela, aprovechen para practicar lo que el Concello llama ‘multas cívicas’, es decir emplear a los nenos que van a estudiar como auxiliares de la policía local para uw eles digan dónde deben multar.

¿Korea del Norte? Es cuestión de tiempo……..

Lupe Castiñeiras: lampreasyboquerones@gmail.com