En efecto, pasó el día siguiente al del día cien, y vio Feijóo que aquello era bueno. Ciento y un días, como los dálmatas de Cruella, o ciento y la madre como los días que hace que llueve. Nadie se acuerda de este día siguiente al del día cien, pero es tal vez aún más importante porque invita, en su tacañería, a la reflexión y poco más. Es el día en que puede verse cómo se derriban los mitos y los tópicos, el principal de ellos es que pueden derribarse los mitos y los tópicos pero en fin, esa es otra historia, como ese otro rumor malintencionado de que las ovejas cuentan Feijóos para dormir, cosas de la oposición. Hemos comprobado también en este tiempo que a la mayoría de los conselleiros no les deslumbra el flash de las cámaras, es que son así, y que la oposición ha copiado, o intercontextualizado con perdón, sus argumentos de un manual de política para principiantes, como si les hubieran dado el cambiazo y en lugar de El Príncipe estuvieran utilizando El Principito. Ha seguido la polémica de los coches oficiales como era de prever, como el plan, o tal vez por eso. Las listas de espera siguen en su sitio y los planes para reducirlas dependerán de a cuántos se lleve por delante la gripe A, la caja B, la vitamina C, el día D, el plan E, la agencia F, el punto G o la hora H.
Para entonces ya sabremos si el gobierno es o no paritario, si el presidente se cuenta o no para hacer las cuentas o es la excepción a la regla, que es cosa femenina, o si queda fuera y se toma el asunto por el pito pero el del sereno, que es cosa masculina y que algo tendrá.
Y mientras, la oposición del Bloque seguirá en sus trece, que son los escaños que le quedaron (o algo así), a vueltas con la lengua y los derechos pisoteados de los gallegos que así andamos, maltrechos como uvas.
Así que eso, cien días, cien noches y uno más, que suma y siguen y no sabe uno qué pensar de este gobierno ni de esta oposición. A ver si en la próxima remodelación que hagan cambian las consellerías y a Mato la colocan en Sanidade, a Curras en Traballo, y a Rueda a discutir con los del automóvil. Total…
Para entonces ya sabremos si el gobierno es o no paritario, si el presidente se cuenta o no para hacer las cuentas o es la excepción a la regla, que es cosa femenina, o si queda fuera y se toma el asunto por el pito pero el del sereno, que es cosa masculina y que algo tendrá.
Y mientras, la oposición del Bloque seguirá en sus trece, que son los escaños que le quedaron (o algo así), a vueltas con la lengua y los derechos pisoteados de los gallegos que así andamos, maltrechos como uvas.
Así que eso, cien días, cien noches y uno más, que suma y siguen y no sabe uno qué pensar de este gobierno ni de esta oposición. A ver si en la próxima remodelación que hagan cambian las consellerías y a Mato la colocan en Sanidade, a Curras en Traballo, y a Rueda a discutir con los del automóvil. Total…
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