Como era de esperar, la respuesta de los miembros del Concello ha llegado a vuelta de Correo. Y, como suele ser habitual, sin desperdicio.
Lo malo de sacar las cosas de contexto, como bien dice que se hizo ayer Álvarez-Santullano, es que luego hay que meterlas con calzador y si uno repasa las noticias aparecidas ayer en prensa se encuentra con que en ningún momento se dice que el concejal del ramo, Rama, ni el alcalde Sánchez Bugallo estén imputados o hayan declarado. No, simplemente que se va a investigar su papel en todo este embrollo, pues realmente resultaría muy sospechoso de no hacerse así, añade uno. Asina que se desmienten cosas que ni siquiera se han dicho. Las prisas, por leer o por entender, son siempre malas concelleiras. Y sí, puede estar bien como táctica poner la venda antes de la herida, siempre que la venda no se ponga en los ojos, claro.
Eso sí, que alguien le explique a la señora Santullano que el Auto que declara un secreto de sumario no puede ser secreto, pues nadie podría entonces saberlo. Ese Auto, como todos los de tales características, pueden ser conocidos por cualquiera que, cosa poco habitual, tenga interés en hacerlo.
Así están de momento las cosas. Pero aún hay más.
Porque destaca la ironía, digámoslo así, del alcalde de Santiago al querer verter “algo” sobre la figura del juez que lleva la instrucción cuando dijo, en La Voz, que el Auto del juez manifiesta las INTENCIONES DEL MAGISTRADO, que ya se vieron más veces y no son ninguna novedad. Uy, uy uy… A ver quien es el valiente que cuestiona la profesionalidad de un juez que ha tenido que quedarse a trabajar en Agosto y sin vacaciones.
Lo único de verdad que se sacó en claro ayer fue que el concejal pepero Ángel Espadas se ratificó en su denuncia. Sí, esa misma que en el Concello dicen desconocer y a pesar de lo cual afirman que carece de base jurídica. Si alguien entiende algo…
Seguiremos informando con estas noticias y las que ya empiezan a llegarnos de otros ámbitos. Envíen, envíen cosas…
Y ojalá todo esto quede en nada, como lo de la praza Roxa. (bueno, nada, nada…que ya dijo el juez que a pesar de tantas irregularidades como se cometió en aquello y sin embargo no hubo delito. Y todos tan panchos, oiga!!)
Lo malo de sacar las cosas de contexto, como bien dice que se hizo ayer Álvarez-Santullano, es que luego hay que meterlas con calzador y si uno repasa las noticias aparecidas ayer en prensa se encuentra con que en ningún momento se dice que el concejal del ramo, Rama, ni el alcalde Sánchez Bugallo estén imputados o hayan declarado. No, simplemente que se va a investigar su papel en todo este embrollo, pues realmente resultaría muy sospechoso de no hacerse así, añade uno. Asina que se desmienten cosas que ni siquiera se han dicho. Las prisas, por leer o por entender, son siempre malas concelleiras. Y sí, puede estar bien como táctica poner la venda antes de la herida, siempre que la venda no se ponga en los ojos, claro.
Eso sí, que alguien le explique a la señora Santullano que el Auto que declara un secreto de sumario no puede ser secreto, pues nadie podría entonces saberlo. Ese Auto, como todos los de tales características, pueden ser conocidos por cualquiera que, cosa poco habitual, tenga interés en hacerlo.
Así están de momento las cosas. Pero aún hay más.
Porque destaca la ironía, digámoslo así, del alcalde de Santiago al querer verter “algo” sobre la figura del juez que lleva la instrucción cuando dijo, en La Voz, que el Auto del juez manifiesta las INTENCIONES DEL MAGISTRADO, que ya se vieron más veces y no son ninguna novedad. Uy, uy uy… A ver quien es el valiente que cuestiona la profesionalidad de un juez que ha tenido que quedarse a trabajar en Agosto y sin vacaciones.
Lo único de verdad que se sacó en claro ayer fue que el concejal pepero Ángel Espadas se ratificó en su denuncia. Sí, esa misma que en el Concello dicen desconocer y a pesar de lo cual afirman que carece de base jurídica. Si alguien entiende algo…
Seguiremos informando con estas noticias y las que ya empiezan a llegarnos de otros ámbitos. Envíen, envíen cosas…
Y ojalá todo esto quede en nada, como lo de la praza Roxa. (bueno, nada, nada…que ya dijo el juez que a pesar de tantas irregularidades como se cometió en aquello y sin embargo no hubo delito. Y todos tan panchos, oiga!!)
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