Javier Dorado, O Las Termitas De La Sociedad

Mantiene el aforismo jurídico que una manzana, en referencia a una prueba fraudulenta, puede pudrir un cesto, en relación a un proceso completo. En política la podredumbre va más allá, una ciudad, una comarca, una esperanza...una ‘ilusión’. Desde la manzana de Eva, pasando por la de Blancanieves o la de Newton, los manzanazos están a la orden de la noche y el último gusano en sacar la cabeza del cesto es un tal Javier Dorado, vigués y presidente de NN XX (Nuevas Generaciones) de Galicia. Veintidós años, sin oficio pero con beneficio conocido, sin estudiar y sin conocérsele otro trabajo que estar ahí, es actualmente “asesor” (sic) en la Consellería de Industria de la Xunta. ¿Sus méritos? Él mismo los confiesa en El Mundo: “diligencia, ideas y capacidad de trabajo”. No, conocimiento de la materia parece que no tiene según confiesa, pero tampoco puede tenerlo todo este muchacho o acabaría llamando la atención.Quienes aplaudieron las críticas feroces, y más que justificadas, al devenir político de Pajín o Blanco hasta llegar donde llegaron, deberían reflexionar sobre estos fenómenos que brotan como setas en sus propios partidos, los que afirman que la edad no tiene que ver con la experiencia (como lo oyen) porque de lo que se trata es de trabajar (ahí le han dado) “por un proyecto político”.

Pues bien, este joven, que en su vida ha trabajado fuera del y para el partido, ahora que aspira al cargo nacional de las juventudes, enarbola la bandera de la “lucha contra el desempleo juvenil” (¡él!) aunque reconoce que no tiene un plan todavía, para lo cual no duda en sacar ideas geniales como incentivar la oferta pública y, pues hay que predicar con el ejemplo, nada mejor que promover la afiliación a su partido, para que los jóvenes se involucren en lo que llama “una alternativa de renovación” (o sea…usted sabrá qué significa eso). Está claro, si gana el PP habrá trabajo a dedo para quienes se afilien, por orden estricto de llegada, así que a correr.

Es lo que hay, paciente lector. Para luchar contra el paro se postula uno que por no trabajar no ha sido ni capaz de llegar a fundador-director de una publicación sobre ejemplares trepadores, ni puede todavía comprar master o hacer doctorados sobre las aguas cristalinas, pero todo se andará. Pero la culpa no es suya, seamos justos, sino de quienes se lo consienten nombrándole mientras valores contrastados de su partido o de cualquier otro mueren de aburrimiento por no ser capaces de competir en esa carrera con los pantalones bajados o las faldas subidas, hay cosas que al chuparlas a ciertos políticos, y políticas, les provoca una amargura tal que no están dispuestos, ni dispuestas, a soportar.

¿Se entiende así que justifique Dorado que su predecesor, Nacho Uriarte, diera positivo, y de qué manera, en un control de alcoholemia tras un accidente? Pues lo justifica con argumentos inapelables: a cualquiera le puede pasar. Puede ser, a cualquier miembro de la comisión parlamentaria sobre seguridad vial le puede pasar, sí…como que a alguien que se coloca en Industria le de por trabajar.