Y es que la primera noche de la campaña electoral se reunieron en pérfida conjura el conjunto de partidos políticos y, en contra de lo que todos esperábamos, no lo hicieron para pedir perdón, sino para pedir el voto. Acabáramos…
El Bloque lo hizo en Santiago en un hotel de lujo y con más estrellas que diputables anhela, el Pp en otro hotel no menos fashion para aupar a la Moncloa a un compostelano (¿), y el PSOE, en fin, en la intemperie de una Plaza Roja, con Sánchez Bugallo a la cabeza, e intervinientes de quinta fila (al parecer no hay más, perdida es la plaza).
Comienza así una Campaña Electoral en la que es un gusto ver cómo por unos votos los políticos se lanzan sin rebozo a la arena (arena política, no confundir con Operación Arena) en una carrera presidencial en la que por desgracia solo puede haber un campeón (o mejor vencedor, para no confundir con Operación Campeón).
Noche de pegada de carteles, noche de mítines, confraternización entre sueños y pesadillas que se muerden la cola.
Noches de votollón….

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