El Correo Gallego, una visión insólita (y vergonzosa) de las protestas de los afectados por las Preferentes en Sanxenxo

Por Iria Seoane

No siempre es fácil distinguir en Galicia entre un “iluminado” y un “deslumbrado” El vergonzoso asunto de las ‘Prefrentes’ es buen ejemplo de ello, todo un alarde de ingeniería financiera capaz de provocar la envidia de cualquier oligarca ruso, una versión muy gallega del robar a los ricos para dárselo a los pobres (¿o era al revés?) y cuya resolución extrajudicial, pues hay jueces de los que mejor no fiarse habrán pensado los pobres banqueros no vaya a ser qué, se ha encomendado con todas las bendiciones legales a una empresa muy seria y responsable en la que ocupa un muy alto cargo, pues así de jocunda es la vida, una hermana del presidente Feijóo.

Que en este asunto no falta quien mezcle churras, merinas y frisonas es algo cierto, tanto como que con la excusa de un mero acto de justicia haya quien pida la cabeza del mismísimo Viriato puestos a pedir. Pero de ahí a reírse de los estafados hay un trecho, un abismo que, para sorpresa de unos pocos, hay gente capaz de saltarlo.

Y es que desde que la prensa nacional se hizo eco del asunto, algo ha cambiado en Galicia en el tratamiento informativo de las Preferentes, es cierto que muy poco pero tratándose de esta santa tierra siempre será mucho. No es de extrañar pues que algo tan cutre, bananero y vulgar como acudir a Sanxenxo para airear el cabreo de los afectados (cualquier gallego entenderá el por qué de elegir esta localidad) haya obligado a la prensa de la región, incluyendo la compostelana, a dar cuenta del hecho, reproduciendo eso sí la información proporcionada por una agencia de noticias, Europa Press, como hacen por ejemplo El Mundo o El País. Y pare usted e contar… ¿o no?

Pues no, porque El Correo Gallego, el diario de la capital de Galicia, ofrece una información única e insólita que aclara cómo este periódico entiende el asunto de las Preferentes, una joya del periodismo accidental que permite conocer lo que para esta publicación implica que miles de gallegos hayan sido engañados, estafados y defraudados por “su” banco. La crónica, recogida en la edición digital y que sirve para dar pie a otra información acerca de la vida social (que para eso sí hay corresponsales), dice así:

No hay peor despertar que hacerlo con una pitada, cacerolada y demás a ritmo de protesta ante la sucursal bancaria de turno. Dicho desde el cariño y la comprensión, faltaría más, pero hay que ver lo perjudicial que resulta para la salud, que no me dio un infarto con la que montó la plataforma del Salnés de de purito milagro. Y es que despertar así al personal entraña ciertos riesgos cardiovasculares. Te lo juro.

Y vaya por delante que yo soy una firme defensora del derecho al pataleo y más, y que me molestó casi tanto el silbatazo colectivo como las bombas de palenque de Portonovo, una tradición que no soy capaz de entender por mucho que lo intente. Quita, quita. Que de verdad que yo no le encuentro la gracia a quemar pólvora y hacer ruido, así me lo explique en ocho capítulos la enciclopedia de la cultura popular.

Protesta por las Preferentes en Sanxenxo

Crónica que nos abstenemos de comentar ya que se retrata por sí sola entre unas indulgencias sonrojantes que no hacen sino poner de relieve cierta intencionalidad del subsconcienste. En cualquier caso también adjuntamos el enlace a la página referida a pesar del riesgo de que en un arrebato de ética o vergüenza sea suprimida (cosas más raras se han visto) para saber por qué cualquiera entiende ahora la razón de que ningún preferenteflauta nunca será un Elegante. Esta es la visión, como la de un niño o un borracho, que El Correo tiene o mantiene sobre los afectados por las Preferntes y, por ende, sobre los causantes de semejante atropello, esta es su crónica involuntaria.

¿Asombro? ¿Asco? Difícil decidirse…