Que la política sea cosa que se rija por sus propias reglas es cuestión sabida, pero que esas reglas sean contrarias a la lógica de las cosas es asunto que debería preocuparnos cuando caen las tardes. De ahí que, cuando se dice una cosa y su contraria no cabe pensar que una de las dos partes está errada, como mandan los principios del conocimiento, sino que las dos sencillamente mienten como bellacos.
Ayer fue uno de esos días en que a la política compostelana se aportaron nuevas sombras a la negritud que se cierne sobre la oscuridad que nos ciega, todo ello a cuento de las anunciadas modificaciones “puntuales” al PXOM anunciadas desde la concejalía de Urbanismo.
En este sentido escuchamos a la parroquia socialista decir por boca estival de su portavoz que en Santiago se busca “…PRACTICAR UN URBANISMO A LA CARTA…” (SantiagoTV, 21 Agosto, 2012), acusación postal que no tendría mayor trascendencia si no fuera porque solo dos meses antes se acusaba al propio Sánchez Bugallo, asómbrense, de que en Santiago“SE HA HECHO UN URBANISMO A LA CARTA…”tal y como se chivaba, entre otros correligionarios, la responsable del ramo María Pardo (La Voz de Galicia, 8 Mayo 2012)
¿Será que la dirección postal es la misma para ambos? Porque cambian los políticos y cambian los gobiernos municipales, pero si seguimos hablando de ‘urbanismo a la carta’ es porque las misivas con unos y otros siempre llegan a su destino, lo mismo un ático que un aparcamiento subterráneo. Con tanta carta cualquiera pensaría que a quienes se escribe es a dadivosos papanoeles.
Cuando se ha comido a la carta, ¡qué difícil debe ser volver al menú!
Cuando se ha comido a la carta, ¡qué difícil debe ser volver al menú!
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