Por Ana Ulla
Solo existe una explicación lógica a la derrota de Mercedes
Rosón en las recientes primarias socialistas de Santiago: la conspiración. No
sabemos de quién, es cierto, pero no cabe otra posibilidad visto el desarrollo
de los acontecimientos.
En efecto, contemplada en la lejanía de los inciertos
futuros la posibilidad auténtica de hacerse con la nave otrora progresista, esas
fuerzas oscuras decidieron cortar por lo sano y evitar la hecatombe de su
partido. No repararon en medios para ello y en menos que canta un payo se vio
rodeada del más preparado y mejor formado equipo capaz de echar por tierra
cualquier aspiración a cualquier cosa, lo mismo a alcaldesa que a presidente de
comunidad de vecino. Basta hacer un repaso por el equipo reclutado y, por si aún
queda duda de tamaña felonía, releer el ‘programa’ elaborado, tréboles
incluidos como homenaje supuesto a aquellas gafas rojas que años con las que
años atrás Sánchez Bugallo pretendió hacernos ver a burros volando.
Pero por esto si no resultase suficiente y se estimase que
todavía mantenía alguna posibilidad, nada mejor en estos tiempos que echar mano
de las redes sociales y hacer de una campaña política algo más bien parecido a
una promoción para presentarse a Eurovisión, dicho con todo el respeto a los
cantantes. Más aún, y por el mismo precio, qué mejor que rodearla en ese mundo
virtual de fans y mamporreros con el
dedo deformado de tanto ‘me gusta’, cuestión infalible cuando de desprestigiar
a alguien o a algo se trata, sin olvidar esa jauría de perros de caza que de
allá a acá trataban de acallar con maneras de gorila cualquier voz, comentario
u opinión que pretendiera hacer entrar en razón a la candidata. Un plan tan
simple como perverso, pero efectivo como a la vista está, tanto que ni faltaron
los debates televisados, esa oportunidad perdida para mantenerla callada y que
solo lo pareciera, intervenciones que bien trufadas de artículos en presa y publirreportajes
en revistas acompañados de análisis de politólogos trasnochados o agradecidos enterraban
cualquier intento de sacar algo de provecho de la cuestión.
Y por fin, para que ni siquiera un error de última hora
moviera equivocadamente las voluntades de los afiliados, esas mismas fuerzas
oscuras dotaron a la candidatura del elemento más letal que existe cuando de
hundir a alguien en la miseria se trata: los apoyos públicos, lo mismo del ya
conocido como ‘el pequeño Nicolás de Compostela’ como de aquellos otros tan reconocidos
que por ahí andan y que bien remezclados son capaces de socavar la voluntad más
férrea, no ya del ciudadano, sino del militante más bizarro.
Esta es una explicación, la más plausible quizá que
encontramos. La otra posibilidad es pensar que a la candidata no la querían los
afiliados ni en pintura. Pero eso es imposible siquiera imaginarlo.
1 comentario:
Ao parecer, nin os aparatos universitarios, nin os aparatos das xuventudes locais (totalmente dirixidas, sen pensamento propio, feito incompatible coa suposta rebeldia que se lles debera presumir), nin o (de)trid(m)ente Tou-Pe-Gu (imaxe de derrota tras derrota eleitoral) nin o aparato provincial nin os aparatos mediaticos locais nin os seudoaparatos de pedigris socialistas poderon coa forza da masa silenciosa militante socialista de Compostela, fartiña de ler e escoitar que eles son (os bos) e os demais nin somos. Falamos, pero nos falamos onde se ten que falar. Dentro. Non sei se RecuPeraRemos Compostela (ogalla porque Francisco e un home con cabeza e corazon, precisamente para nada individualista e respectuoso co partido que lle acolle) pero a forza da democracia e do socialismo parece que si e rebelde cos pensamentos unicos. 301 militantes, non soio 2 Rama e Santullano. Mentres alguen vendia fume mediatica e treboles, no pais das maravillas outros votos
Publicar un comentario