Por Ana Ulla
Con esta idea en la cabeza han vuelto a sacar a Mercedes
Rosón del cajón y la han paseado una vez más en procesión cambiándole el traje
de dolorosa por el de virgen de los milagros. De plantar tréboles a criar
malvas, políticamente hablando, no hay mucha diferencia, pero la plaza
socialista de la ciudad sigue siendo un objetivo goloso. Y complicado de
alcanzar para quienes solo creen en una cosa: en todo.
Los hechos son los siguientes: ¿Cómo hacerse con el poder
cuando poca gente en tu propio partido confía en ti? Pues aprovechando un
descuido, un ardid o, como en el presente caso, la inercia de la prepotencia
oficialista. O lo que es lo mismo, evitando unas elecciones y organizando el
asalto por la puerta de atrás. Con nocturnidad, taimados y embozados. Y así fue
como ocurrió. Lo importante era que no se supiera la voluntad real de los gestionados,
de los gobernados, de los afiliados, evitar la votación a cualquier precio. Pero la hubo. Tramposa
pero la hubo. Y ahora no hay cocodrilo que no llore ni plañidera que no cotice.
En un año, dos escándalos que no caben en trasteros pateras. Alguien ha dicho
que son cosas propias de los partidos de derecha, pero sin aclarar de cuál ni de
cuándo.
Ahora le toca el turno a la vergüenza, la de reconocer que
una trampa está sirviendo para tapar un engaño, y un engaño para ocultar una
(otra) estafa socialista más, y una estafa para no ver que ya no hay nada. Los
dedos se les hacían huéspedes al cuadro flamenco cuando veían pasar los minutos
y soñaban que no iba a haber votación, pero el dinosaurio apareció y de una
sola dentellada “rodaron por los suelos caballos y caballeros”. Hubo votación y
por su culpa se ha sabido quién piensa cada quién de cada cual en la casa del
pueblo. El problema no es la candidata Rosón, dicen en la sede, el problema son
quienes la rodean y aplauden, dicen en la ciudad.
De nada ha servido el que nada sirva de nada. Hace mucho frío
fuera de la casa mediática. No comprenden qué ha podido salir mal: la candidata
perfecta, la complicidad idónea, la estratagema más acertada. Y han vuelto a
fallar. Nadie resulta más manipulable en Santiago que la candidata Rosón a quien
se le ha vuelto a ofrecer el oro y el moro a cambio de seguir haciendo lo que
más le gusta, que es gustar. ”Todo esto te daremos, le dicen mostrándole desde
lo alto de Raxoi agarrados a la bandera multicolor, todo esto será tuyo, galas,
fiestas, exposiciones, teatros, fotos, fotos y más fotos, si te pones al frente
y no te metes en política” Dicho y deshecho, nada más fácil. Gigantes de barro
con pies de plomo ahora que los grupos que han crecido a sus pechos, los
irredentos, los marginados, los excluidos amenazan con lanzarse en brazos de
Compostela Aberta, ahora que la Cultura (entiéndase bien esta, pues hablamos de
Santiago), se besa con otra. Es la hora
de dejar de cambiar lo inamovible y abrir las puertas, las ventanas y las
gateras porque el poder es único, y compartir es solidaridad.
Nadie celebraba más la cantada victoria de la candidata que
los aguerridos conciliábulos de Compostela Aberta, era como zamparse al socialismo
capitalino en lonchas, fagocitarlo en nombre de un apellido. Querían, y quieren, la victoria del trébol
porque saben qué es lo que buscan, qué es lo que quieren y pueden permitirse el
lujo de dárselo a cambio de seguir dejándoles hacer lo suyo, que es deshacer lo
de los otros. Repartirse la cerveza y la espuma. Ya tocaban con los dedos la
victoria de la candidata desde el olimpo noreguiano y, con ella al frente, a
cambio de su papel de primera dama, todo lo demás.
Pero algo ha salido como nadie esperaba y un nuevo
escándalo, de los que por mucho menos la candidata platicaba con fiscales pidiendo
cárcel para los anteriores concejales, los salpica. Dos, muy gordo, y en solo
año. Eso no son tensiones, eso son sinvergonzonerías, estafas democráticas.
Puede ¡y debe! Pedir que le pidan que pida impugnar la candidata las elecciones
pasadas a la gestora socialista, pedir que le pidan que pueda poner el gritito
en el cielo, debe pedir que le pidan que pida actuar con justicia, pedir que le
pidan pedir hacer algo a quienes la llevan y la traen como a esa dolorosa de la
procesión de los cautivos.
Debe pedir justicia y un segundo después, por vergüenza
tauromáquica, vistos los resultados de la elección amañada, jurar no volver a
presentarse. Y pedir perdón.
Ana Ulla: lampreasyboquerones@gmail.com
2 comentarios:
Veo Ana que tienes mucha informacion pero te voy a contar algo que no sabes porque se lo escuche a una señora mayor que estaba esperando para votar que me decia muy disimuladamente: Mira nena yo he venido a elegir quien quiero que mande despues de la desfeita en las municipales. Despues de ver el espectaculo lamentable de un profesor universitario como ese (me señalo a Guinarte) y de ver a uno que escribe en El Correo Gallego pasado de algo (me señalo a Perozo) y de ver que unos no dejaron ni expresarse al otro que se presenta que tampoco lo conozco (se referia al candidato de la gestora) ya lo tengo claro. Estos parecen del PP que verguenza. Sabes nena no conozco a ninguno de esta lista (me enseño su papeleta) y de la otra lista los conozco a casi todos que si gritan tanto es porque quieren seguir chupando del bote.
Ningún Alcalde del Santiago contemporáneo alcanza el nivel de indigencia intelectual de Mercedes. Hace años tatexaba y tartamudeaba, incapaz de hilar un discurso propio coherente o inteligible, era de vergüenza que fuera concelleira de urbanismo.
Cierto es que la Rosón ha mejorado algo después de largas sesiones de oratoria con su amigo Santiago Martínez (www.eloquentia.com), vale, ha progresado un poco, no hay duda. Ahora "La Mer", consciente de sus limitaciones, ha optado por ser locutora y es capaz de leer los cartones con los minidiscursos que le prepara su macropandilla de asesores.
Patético nivel para una candidata a alcaldesa de esta universal ciudad. ¿que hemos hecho los compostelanos para merecer esto?
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