Por Alina de Zas*
Hoy podría ser el día en el que las mujeres compostelanas se
concentraran delante del Concello para pasear por las calles en público
escarnio al gobierno de Compostela Aberta. Por humillarlas públicamente,
denigrarlas y convertirlas en corderitas a mayor gloria de quien se definió,
literalmente, como ”alcalde do amor”.
Pero no pasará porque Martiño ha empleado cientos de miles
de euros en crearse un entramado de mujeres afines que han comprado,
literalmente, con el trabajo de todas las demás, la marca ”feminismo”.
Las mujeres, en Compostela, tenemos dos barreras que deribar: la primera, ser mujeres. La segunda, no ser "Señora de" de alguien de Compostela Aberta.
Las mujeres, en Compostela, tenemos dos barreras que deribar: la primera, ser mujeres. La segunda, no ser "Señora de" de alguien de Compostela Aberta.
Martiño y sus chicas de cuota se ríen de las mujeres
compostelanas en su papel de perras guardinas como las más entregadas ‘feministas’.
Les ha dado una Casa das Mulleres y abierto el grifo del dinero público, al más
puro estilo machista, para presentarse como representantes de las mujeres.
Desigualdad es que Martiño contrate a dedo a la empresa de
su señora y permita que las señoras de sus principales concejales vivan a su sombra,
mantenidas políticamente como la señora de Duarte o la de su jefe de gabinete
Miguel (antes Rodríguez) Penas. Desigualdad es que las mujeres de Compostela
Aberta están antes que las demás a la hora de trabajar o recibir ayudas, o
premios de los que tan alegremente reparte el Concello entre las suyas y allegadas.
Humillación es que existan, como afirma jactancioso el macho
Martiño, criterios políticos e ideológicos a la hora de ayudar o dejar de
hacerlo a las mujeres sin recursos. Él decide qué mujeres necesitadas pueden o
no recibir ayudas en temas como la maternidad. No es la mujer, es la política.
Sumisión es ser concejala de cuota por decisión del macho.
Como María Rozas, cuyo puesto fue el precio de vender los votos de Izquierda
Unida para ayudar al macho a ser alcalde, votos residuales pero imprescindibles.
Una mujer que ha preferido ser concejala antes que libre, llevándose a su
correligionaria de cuota Noa Morales, “inútil como un florero” al decir de sus
subalternos funcionarios. O Branca Novo (Novoneyra de nombre artístico, como
las folclóricas), cuyo mérito es pretender vivir de su padre toda la vida y
patrona de su fundación creada junto a Beiras, y dedicada a pescar
subvenciones. O Concha Fernández repartiendo carné de buena o mala mujer, o
Marta Lois, tejedora de redes de empresas de elaboración de costosísimos informes
y dictámenes a dedo sin utilidad alguna pero prácticos para apoyar las políticas
del macho Martiño. Ninguna tiene la vergüenza de rebelarse, el sueldo puede
más, y admitir sumisas que están ahí por tener vagina y no cerebro, las
retrata.
Injusticia es que Martiño y su partido gallego hayan
decidido a dedo a sus jefes, desde Beiras a Villares, o al alicantino Antón
Sánchez, y solo después, nombrado el macho, comenzar con el paripé de la
equidad.
Desigualdad es, en fin, que haya doce servicios públicos
cuyas trabajadoras se encuentren fuera de la legalidad por la falta de interés,
o desidia, o negligencia u oportunismo de Compostela Aberta. Son estos los que
hablan de igualdad pero mantienen a esas trabajadoras (y trabajadores) en un limbo
laboral incierto.
Todo eso es Compostela Aberta, todo eso es Martiño (Martín
cuando iba a su bachillerato en un colegio privado de pago).
Hoy muchas mujeres se rebelarán contra las injusticias que
viven, han vivido o esperan que no vivan quienes las sucedan.
Todas las razones para hacer huelga hoy se encuentran en el actuar
de Compostela Aberta y la actitud de Martiño Noriega en público.....que en privado daría para escribir un libro que sonrojaría a Esteso y Pajares.
Que ellos y él se atrevan siquiera a salir hoy de la cama solo
demuestra su hipocresía y su ansia de poder, capaz de comprar a un puñado de
mujeres para que representen su mentira. De estas mujeres, sumisas y obedientes
por dinero, poco cabe decir, solo discutir el precio.
Hoy hay dos sensibilidades feministas en Santiago. La de las
mujeres que sufren, y la de la$ chica$ de Martiño.
*Alina de Zas es escritora
@alinadezas