Siempre habíamos considerado a la Consellería de Cultura y Deporte como una caja de sorpresas, pero va a ser que en realidad es una caja pero registradora. Si no, no se entiende su última iniciativa, la edición de una Guía de Linguaxe Non Sexista No Deporte. Iniciativas como estas solo pueden explicarse por tres motivos principalmente: por razones económicas, lo que explica pero no justifica; por razones de ser tontos hasta decir basta, lo que justifica pero no explica; y por razones de estricto y soberano aburrimiento, lo que explica y justifica al mismo tiempo su elaboración.
Probado es que resulta más difícil tirar la jabalina que el dinero público, lo que no exige más sudor que el del contribuyente. Pero lo realmente preocupante es que quienes tienen tiempo para elucubrar estas medidas o son muy pero que muy tontos, o son enfermos de paranoia que, como al igual que Franco veía masones hasta debajo de las vacas, estos ven discriminaciones detrás de las becas.
Porque no se trata ya siquiera de acciones concretas para evitar la discriminación en el deporte, las haya donde la haya y si es que la hay y cómo, sino de emplear un lenguaje, un vocabulario en definitiva que no conceda apariencia de discriminación, aunque esta pueda existir, de tal forma que al menos cuando se hable o escriba no se haga de forma discriminatoria. Vamos, que lo importante es que parezca que.
Uno de los fines de esta Guía es, además, acabar con la invisibilidad (sic) de las mujeres en el mundo deportivo. Esto puede llevar a distintas interpretaciones pero si realmente hay invisibilidad, si queremos entender lo que quieren decir que entendamos, es la de los deportes minoritarios, equipos de baja calidad y deportistas individuales que no dan la talla. Pues a nadie se le escapa que un gran equipo, los deportes de masas y los deportistas individuales de relumbrón son más conocidos que la capacidad intelectual de los autores de la Guía. Puede ocurrir así que se esté empezando el vestuario por el tejado pues si en lugar de guías corteses hubiera más esfuerzos en medios, materiales y apoyos, los resultados serían otros y los abandonos menores.
Y sin embargo, estamos deseando conocer cuál será la próxima tontería, más alta, más fuerte y más lejos, que brote en esta Consellería.
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