Lo publicaba SantiagoSiete en su número del Viernes, trece de marzo. El tal Outerelo, Alejandro, de Nuevas Generaciones del PP y gay. Y de paso cuenta que irá a no sé que fiestorro de “ambiente” para demostrar que en el PP se respeta a todo el mundo. Flipante.
No sabe uno en realidad qué hay que demostrar, pero allá ellos. El envalentonado homosexual, a fin de cuentas, no es más que un peso pluma en el cuadrilátero de la política, un tipo exótico con el que el partido de Feijóo algunos votos arañará.
Pero lo interesante tal vez sea el titular de la entrevista, algo así como que ‘ya está harto de que la gente le pregunta cómo puede ser del PP y gay’. Y hay que entender ese hartazgo en su justa medida, eso de que la gente no pare de darle por ahí, por meterse donde no le importa, debe agotar a cualquiera. Por la manera de expresarse se ve que entiende de lo que habla y para él no debe haber confrontación entre las tendencias políticas y las sexuales, por lo que no duda en aprovechar su cargo para alcanzar la plena igualdad para homosexuales y transexuales. Eso sí, cuando se toca el tema de la adopción hace una vaselina para evitar dar una respuesta contundente, a pesar de lo cual casi consigue escapar de rositas.
Pues que siga atesorando paciencia porque la preguntita que tanto le harta, en realidad, está cargada de veneno porque la respuesta es clara ya que ¿quién no preguntaría esas cosas si no fuera para tratar de erosionar al partido popular? Hale, hale, a pensar…
Y si a alguien le interesa, el resto de la entrevista puede leerse en esa edición del periódico, donde las palabras del político gay quedarán ya para los anales.
No sabe uno en realidad qué hay que demostrar, pero allá ellos. El envalentonado homosexual, a fin de cuentas, no es más que un peso pluma en el cuadrilátero de la política, un tipo exótico con el que el partido de Feijóo algunos votos arañará.
Pero lo interesante tal vez sea el titular de la entrevista, algo así como que ‘ya está harto de que la gente le pregunta cómo puede ser del PP y gay’. Y hay que entender ese hartazgo en su justa medida, eso de que la gente no pare de darle por ahí, por meterse donde no le importa, debe agotar a cualquiera. Por la manera de expresarse se ve que entiende de lo que habla y para él no debe haber confrontación entre las tendencias políticas y las sexuales, por lo que no duda en aprovechar su cargo para alcanzar la plena igualdad para homosexuales y transexuales. Eso sí, cuando se toca el tema de la adopción hace una vaselina para evitar dar una respuesta contundente, a pesar de lo cual casi consigue escapar de rositas.
Pues que siga atesorando paciencia porque la preguntita que tanto le harta, en realidad, está cargada de veneno porque la respuesta es clara ya que ¿quién no preguntaría esas cosas si no fuera para tratar de erosionar al partido popular? Hale, hale, a pensar…
Y si a alguien le interesa, el resto de la entrevista puede leerse en esa edición del periódico, donde las palabras del político gay quedarán ya para los anales.
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