Por Ana Ulla
Hoy Martiño vuelve a hacer de Elena Francis en su muro,
preguntando y respondiéndose a sí mismo para sacarse luego en procesión
desnudo, una vez más, como el emperador. Y es que viene de decir que eso
de hacerle oposición a él es hacérselo a la ciudad. Pero ¡ay!, que ni siquiera en esto
es original el Gran Cobarde, que lo mismo ya le tenía dicho otro gallego de su
mismo calibre intelectual, Franco, aunque este último y a diferencia del
munícipe, no ocultaba sus intenciones.
Lo cierto es que su afirmación se demuestra falsa porque si
la aplicamos al revés podemos comprobar que es posible hacer oposición a la
ciudad y no a Martiño. De hecho, él mismo acaba de hacerlo atacando a la ciudad
para salvarse él, su culo fofo y su grupito de favorecidos. Lo acaba de hacer,
una vez más, con ocasión del desalojo de los oKupas de la Algalia cuando rápidamente
ha puesto en marcha su máquina propagandística para buscar culpables, desde Conde
Roa (un clásico), al Pp o Feijóo (que siempre adornan), o la policía o al
subdelegado del gobierno (que son gentes de mucha institución), como a los
periódicos y gentes que todavía no salimos de nuestros asombros al escucharle. Muchos
culpables,sí, pero que, si le quitan gracietas, memes y tópicos que ya nadie cree,
se quedan sin explicar el por qué de su palabras. Si nos olvidamos de los incidentes
violentos, dejamos de lado la actuación policial, el tapiado del edificio, los
culpables o no, la propiedad privada o qué, las críticas o apoyos, si esperamos
a que pase la tormenta desinformativa levantada por Compostela Aberta para
justificar a su Amado Líder y nos atenemos únicamente a sus palabras, solo
encontramos una realidad: Martiño dice que está del lado de los okupas. Puede lanzar a
sus troles por miles, pero la realidad es tozuda. Y no hay chorrada en las
redes sociales, justificaciones paranoicas, acusaciones de conspiraciones o
milongas que oculte esa realidad cuando a los hechos se les limpia de los
polvos y las pajas de Noriega cuando afirma que está del lado de los okupas.
La postura de Martiño de apoyo a los okupas, o impostura, o
simplemente postureo, va más allá de su habitual vacuidad. Significa que en Santiago
el vecino que ve conculcado un derecho no cuenta con el apoyo ni la protección de
su alcalde. Que la voluntad política del Alcalde prevalece sobre la justicia (cuando a él le conviene, habría que añadir).
Ahora sabemos que en esta ciudad hay ciudadanos de segunda y
de tercera. Que había de primera ya lo sabíamos, son los íntimos y familiares
de quienes están al frente de Compostela Aberta, pero los que se creían de
segunda acaban de descubrir que son en realidad de tercera cuando el Alcalde
los pospone en favor de otros por razones políticas o ideológicas, fornicándose
la legalidad si con ello se sale con la suya. Estar del lado de los okupas como
ha dicho abiertamente Martiño significa que los vecinos han perdido el último
de los baluartes para defenderse de la arbitrariedad porque ya no serán las
leyes sino la voluntad del Alcalde la que decida la actuación pública. Martiño
ha decidido que en Santiago no prevalezca la ley, sino su santa voluntad. O sus
santos co’ones.
Al final se trata de una banda de burgueses bien alimentados
como Compostela Aberta, apoyado por estómagos agradecidos que solo por querer hacer
daño a otro partido se ponen del lado de la ilegalidad y su afán en buscar
culpables para justificar ese apoyo o desviar la atención con temas como el
tapiado o la búsqueda de confrontaciones, es un esperpento. Ni siquiera puede
pensarse que, tratándose de Martiño, sea una decisión política o ideológica
porque él carece de ideas. Es un papagayo que lleva décadas repitiendo, sin
entenderlas, las consignas de Beiras (el que le convenció para cambiar de novia o pareja) y para quien el fin último de la política
es él, y el poder, y crear una red clientelar a su alrededor que le garanticen
los votos necesarios para no poder nunca ese poder pagando a quien haya que
pagar para lograrlo.
Visto lo dicho no es de extrañar que Martiño se haya
reafirmado en sus declaraciones porque rectificar es de sabios. Si de verdad
cree que la policía ha actuado con desproporción sería interesante saber de su
boca mentirosa cuál habría sido, a su juicio, la proporción adecuada. Pero no,
es solo una consigna, un nuevo engaño para desviar la atención.
Aquí nadie criminaliza a nadie, Compostela es de todos y no
solo de quienes él diga, una sentencia judicial es un canal de diálogo para
quien quiera oír porque criminalizar el sentido común es negar dos hoteles que
crean trabajo aunque no sea el que él, que cobra varios millones de pesetas al
año, le guste, y no mantener a unos señores que roban a los demás ciudadanos,
salvo que votarle a él sea título bastante para la injusticia.
Criminalizar, pobre Alcalde, es pretender subir el IBI a los
vecinos y embargar al que no pague mientras apoyas a quienes por su color
político defraudan y roban al resto de los ciudadanos. Con tu apoyo explícito.
Y después, si quiere que le creamos y la ciudad policromada
no piense que Martiño es un imbécil para quienes los demás son o blancos o
negros (o amigos o enemigos) que abra sus casas y la de los concejales que por
miedo a perder su favor como conejos asustados le aplauden, a los okupas. Si es
capaz de dejar que los okupas se instalen en sus casas (aunque no sabemos si
hay tantos okupas para llenar tantísimos inmuebles como tienen estos
izquierdistas de salón y terraza) si después decimos de entregarles sus casas
durante meses o años son capaces de dialogar con ellos y buscar soluciones
proporcionadas, entonces, y solo entonces, podremos creerlos y no pensar, como
la mayoría de la ciudad, que Compostela Aberta, con Martiño a la cabeza, son
unos cínicos hipócritas.
Decir que Martiño está del lado de los okupas no es
criminalizar a la veciñanza, como él dice. Es reproducir sus palabras. Si le
jode,
Por cierto, termina su lacrimógeno panfleto Martiño invitando a visitar
la Feria del Libro Compostelano, esa que ha organizado para su señora y amigos
personales con el dinero de todos los compostelanos (con el de los okupas no, que
esos no pagan porque tienen bula municipal)
Ana Ulla: lampreasyboquerones@gmail.com
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