Del Pacto Local Polo Emprego

A la firma de este Pacto en Santiago únicamente faltó San Pancracio. Los demás estaban todos, Concello, Xunta sindicatos, representantes poliédricos de polígonos, asociaciones de comerciantes (de los que aún no han cerrado), en fin, que únicamente el santo de la rosquilla y el índice inhiesto quedó por estampar su divina rúbrica.
En total ocho millones de euros, con ‘m’ de mariscada, para repartir entre ocho mil ciudadanos, o lo que es lo mismo, mil euros por barba, todo un Pacto por el mileurismo vayamos a decir.
Se trata del segundo Pacto de estas características por lo que cabe preguntarse qué fue del primero. Que si salió bien porqué no continúa y si salió mal porqué reincidir en lo mismo. Total, tareas de información, asesoramiento, formación, incentivación anímica, estimulación de la actividad y, lo que es más importante, que los firmantes aúnen esfuerzos para lograr una mayor motivación entre los “beneficiados” por tales beneméritas actividades en el marco de las políticas de igualdad. En estos tiempos que corren nunca se había hecho tanta poesía social desde los pardos años de Miguel Hernández (no, ni es futbolista ni ha salido de OT sino que fue…dejémoslo)
Qué pocas veces una fotografía ha salido tan cara.