Rebeca Domínguz rodeada de sus asesores |
Por Ana Ulla
Lo contado hoy por La Voz de Galicia sí deja de sorprendernos, o no deja de acostumbrarnos, como prefieran. A saber, se altera un documento que da cuenta de irregularidades contractuales con una empresa investigada en la Pokémon, Sermasa, del grupo Vendex, para que en el caso de que hubiese follón judicial apareciera firmado por Rebeca Domínguez. El original, el que daba cuenta de la situación irregular, no, por eso es sustituido por este último, y se le presenta a la concejala para que lo firme. Y se niega, claro. Al negarse pone en un brete al alcalde Currás que, no conforme con asumir él las posibles consecuencias judiciales, pues cada cual tiene sus vicios, reúne a la díscola junto al resto de concejales, asesores de todo tipo e interventores para, en ese ambiente de merienda campestre, insistirle en la firma. Ella alega la falsedad tratando de mostrarle los dos documentos y el alcalde se niega siquiera a escucharla, amenazándola con dejarle sin sueldo. Así lo cuentan, dice La Voz, algunos de los concejales presentes.
Lo contado hoy por La Voz de Galicia sí deja de sorprendernos, o no deja de acostumbrarnos, como prefieran. A saber, se altera un documento que da cuenta de irregularidades contractuales con una empresa investigada en la Pokémon, Sermasa, del grupo Vendex, para que en el caso de que hubiese follón judicial apareciera firmado por Rebeca Domínguez. El original, el que daba cuenta de la situación irregular, no, por eso es sustituido por este último, y se le presenta a la concejala para que lo firme. Y se niega, claro. Al negarse pone en un brete al alcalde Currás que, no conforme con asumir él las posibles consecuencias judiciales, pues cada cual tiene sus vicios, reúne a la díscola junto al resto de concejales, asesores de todo tipo e interventores para, en ese ambiente de merienda campestre, insistirle en la firma. Ella alega la falsedad tratando de mostrarle los dos documentos y el alcalde se niega siquiera a escucharla, amenazándola con dejarle sin sueldo. Así lo cuentan, dice La Voz, algunos de los concejales presentes.
Veamos entonces: una concejala presenta al equipo de
gobierno las pruebas sobre una falsedad documental cometida en el Concello y ni
uno solo mueve un dedo, su jefe la acusa y los demás, según la noticia, quedan
mirando al infinito.
Sigamos viendo: el documento y su contenido, a priori, no
van mucho más allá, si bien la marcha de la Pokémon y las empresas que figuran
en ellos son investigadas en esa instrucción. ¿A cuento de qué esa “encerrona”
como la califica La Voz”?
Continuemos viendo: si como quiso demostrar Rebeca Domínguez
sin que se lo permitieran, alguien había falseado documentos públicos, ¿por qué
ninguno de los presentes, que a veces posan con tres y hasta cinco teléfonos
móviles, tuvo ovos de llamar allí mismo a la guardia civil? Llegaron, vieron y
tragaron con dedicación exclusiva.
Prosigamos viendo: lo expuesto viene a desmontar las teorías
paronides sobre la posible división entre los concejales de Santiago. Todos
forman una piña, siempre que se trate de salvar sus excelentísimas posaderas.
¿Que pretenden hacerle pagar a otra el marrón glacé de la manipulación
documental? Pues muy bien. ¿Qué de ese modo se cubre las espaldas el alcalde
aun a sabiendas de la injusticia y obviando el posible acto delictivo? Pues
bien también, ande una caliente, vóteme la gente. La unidad es total, ya se ve.
Rematamos de ver: si hubiese firmado la caga y el alcalde se
evita problemas, si los hubiese, en el futuro, y de no firmar, como al final no
hizo, el alcalde puede salir mal parado.
Concluyendo: nadie movió un dedo. Si se la carga el alcalde
ya tiene en cargadero la sucesión y su contrario, por eso nadie actuó. Si se la
carga la concejala de haber firmado, los contrarios al alcalde ya tienen
argumentos y material bélico para su particular guerra de guarrillas. Y también
al revés, y de la otra manera. ¿Quién puede confiar en un Concello y sus
conejales que a la vista de un delito no piensa en otra cosa que en sus
intereses personales o partidistas? ¿Cómo podemos apoyar a unos o a otros si
ponen sus interes de grupo, secta, corriente, afines o lo que sea por encima de
la legalidad y la
Termina diciendo La Voz que, en esa reunión, Rebeca
Domínguez estuvo al borde de la lágrima. Doña Reyes, ¿proteger a su mentor o asegurar su sucesión está por encima de la legalidad o la lealtad? Doña Paula, ¿lo que sea respecto al alcalde o asegurar su sucesión está por encima de la legalidad o la lealtad? Los demás, ¿no es verdad que tiene esa chica más ovos que el resto de concejales/as juntos? De ser cierto todo lo contado lo tenemos claro: con Rebeca Domínguez no queremos divisiones, sino multiplicaciones.
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