CLANGOR,
veintitrés años han transcurrido desde ayer
Entrevista a la ferrolana María Fidalgo Casares*, quien vivió y supo captar como pocos
protagonistas el espíritu de la Movida Compostelana de la década
de los ochenta de la que fue testigo directo, un fenómeno social único en
Galicia, germen y referencia para el resto de las ciudades gallegas. De la noche a la mañana
Santiago vivió un cambio de usos radical, de ciudad casi exclusivamente universitaria
durante los 80 a ser una ciudad comercial con la instalación de
la TVG, la implantación de una gran masa de funcionarios de la Xunta de
Galicia, y la gran transformación en relación al relanzamiento del
Camino con el programa “ Pelegrín”, cuyo éxito rotundo seguimos viendo hoy sus
frutos.
Pasadas las tres de la mañana del once de Octubre de 1990, en
CLANGOR, en el Ponte da Rocha, Compostela despertaba de aquel sueño.
1-. ¿Quién
activó el detonador?
Bueno, es que según
mi teoría basada en mis investigaciones sobre el tema difiere de
la “versión oficial” que dio el País y los propios terroristas. En absoluto
pienso que Clangor fuera uno de los objetivos del EGPGC (Exército Guerrilleiro
do Pobo Galego Ceibe). Por lo que nadie activó el detonador que se activó solo
con la vibración de una columna de sonido. Para mí sin lugar a dudas el
objetivo era otra discoteca de Noya, una localidad a 35 kilómetros
de Santiago, cuyo propietario había sido relacionado hacía algunos meses por el
alcalde del pueblo con supuestas actividades de narcotráfico . De hecho,
llegaron a reivindicar la colocación de un artefacto en esa discoteca de Noia,
algo que sería absurdo sin que tuvieran pensado colocarlo Es
más , tuve información confidencial de que un miembro de la banda pudo
entrevistarse personalmente con Fernando Pereira, después del atentado en el
que juró y perjuró que su local no había sido el objetivo. Fue un descuido de
unos chapuceros que “ para hacer tiempo” pararon a
tomarse una copa en Clangor, sin pensar en las consecuencias.
El EGPGC afirmaron que el artefacto debía estallar
después de que los clientes abandonaran el local. Mienten por vergüenza. La
bomba no tenía como destino Clangor. Una vez estallada la bomba, por no
reconocer su ineptitud intentaron justificar que el local era un punto de
narcotráfico, algo irrisorio. Era el local más importante de la década de los
80, que una vez terminada la movida- final que yo situo en Santiago en 1987-,
continua en pleno auge hasta el final de la década. Y si se consumían
drogas allí…, pero no se consumía ni más ni menos que en otros locales
nocturnos, era algo añadido a la noche compostelana. En cuanto al posible
tráfico, los camellos de entonces hacían la ronda por las discotecas y pubs. Y
en el caso de Clangor, no tenían ninguna vinculación con su propietario, una
persona pudiente y muy formada intelectualmente completamente ajena
al mundo del narcotráfico. Además Clangor era una mina de oro y su
dueño se preocupaba de que tuviera un altísimo nivel de calidad,
tanto en los conciertos, como en las bebidas, la decoración, la música que
traía del extranjero… perfil que no casa con un empresario
saltándose la legalidad buscando a través del narcotráfico un
rendimiento económico. Clangor era algo más.
2. ¿Fue el
resultado fue tan devastador como, 23 años después, hay quien discute?
Bueno, los terroristas Juan Ignacio Villar Regueiro
María Dolores Castro Lamas, murieron ambos en la explosión, pero
también una estudiante Mercedes Domínguez Rodríguez y 49 heridos,
cinco de ellas graves, entre las que se encontraba la mujer del propio Pereira.
Si eso no es devastador… Los que discuten su alcance son personas de la órbita
nacionalista que quieren minimizar el horror que supuso.
3. ¿Hasta dónde pudo
escucharse el ruido de la explosión?
Precisamente me recordaba Liz, una antigua camarera de
Clangor que ese día no había trabajado allí, que en Romero Donallo y las
cercanías de Conxo se oyó la explosión perfectamente. Pero un sonido
que recuerdan todos con nitidez es el de las ambulancias toda la noche que
alguien me dijo: “dolían físicamente cuando pasaban”
El objetivo creo que no se consiguió en absoluto porque
explotó por accidente, aunque quisieran justificarlo a posteriori…. Tal vez al
revés ya que hubo un gran rechazo al grupo que lo hizo y sus adláteres.
4. ¿Es posible
que quedase colocada alguna otra bomba con temporizador que aún no explotó?
No creo que hoy pueda repetirse un hecho como aquel. Hoy
también sería posible una bomba igual, sólo depende de la existencia de un
desequilibrado que sea capaz de hacerlo. A eso estamos expuestos todos. Si te
refieres a un acto terrorista como reivindicación política nacionalista,
afortunadamente y crucemos los dedos, parece que no es posible que pase.
5 ¿Cuánto tiempo
tardó en cicatrizar la ciudad?
Galicia no estaba
familiarizada con el terrorismo y Santiago, quizás menos que las demás ciudades…
por las peculiares condiciones sociales que tenía, y que
la distinguían de las ciudades universitarias de toda España, en la que se
disfrutaba de un carpe diem irrepetible. Todo el mundo que lo vivió lo recuerda
como uno de los hechos más terribles de su existencia, pero hubo también una
conciencia de pasar página y no recrearse en lo sucedido. A eso ayudaron mucho
los medios de comunicación nacionales que pese a su gravedad apenas
incidieron en ello, tampoco las televisiones. Por ejemplo si lo comparamos con
el “ Caso Asunta”, la dedicación mediática fue irrisoria.
6- ¿Apuntarías algo
más sobre el tema?
En lo que se refiere al fin de Clangor, dentro del
período histórico conocido como “movida”, en mis trabajos de investigación creo
que he demostrado la intensidad con la que se vivió en Santiago, muy por encima
de Vigo, que es considerada la ciudad de la movida por excelencia. Es
cierto que Vigo fue la cuna de la movida y la que más aportó musical y
culturalmente, pero afectó a muy pocos y la mirada de los vigueses se dirigía a
Madrid ( recuérdese el hermanamiento de las dos ciudades) . Santiago vivió la
movida de una forma arrebatada y sobre todo, la exporto a toda Galicia… Y todo
esto no podría entenderse sin Clangor, “ el templo de la movida” que fue mucho
más que un local de copas. Aunque la movida muere en el 87, en
Clangor pervivía ese espíritu hasta su trágico final que marca el
broche sangriento de un período único e inolvidable. Me gustan mucho las
palabras de Miguel Caride, un colaborador, músico y abogado que me
dijo que el día del
atentado fue“El día que murió nuestra generación y que nació el mito”.
*María Fidalgo Casares es doctora en Historia del Arte
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