Por Ana Ulla
Alguien dijo que fanático es aquel que cree que frente a sus ideas no es
posible siquiera imaginar otra alternativa, con independencia de que crea o no en
su propia idea. En Santiago, si no se vota a favor de lo que dice el Alcalde,
estés de acuerdo o no o incluso si llegas a pensar sobre ello, eres un
irresponsable. Y no hay alternativa posible.
Y todo porque el día después de que el Concello colaborara (¿?) en una
iniciativa cultural que servía para promocionar la editorial de la señora del
señor alcalde, se ha votado en Pleno las ordenanzas fiscales del próximo año, las
que supondrían el principio del fin de la emergencia social para esa mayoría
social agredida, empresas editoriales aparte. Se trataba del Pleno del Robin
Hood de Láncara en el que se iba a hacer, ¡por fin! justicia a los ricos para
dárselo a los pobres, se decía, porque solo los más ricos iban a pagar las
subidas anunciadas. Pero no ha podido ser, un ‘tórrido romance’ entre dos ha acabado
con el ‘onanismo presupuestario’ de la señora Rozas, doña María. Y así, lo que
empezó siendo un dinerete jugoso para articular próximas políticas sociales ha
ido evolucionando conforme discurría la sesión a temas de ‘hipotecar el futuro
económico del Concello’, ‘impedir acabar con la pobreza’ y, todo un clásico, ‘ahogarlo
económicamente con vistas a las próximas elecciones generales’, un itinerario
ideológico que dice, y mucho, de los contratados a dedo como responsables de comunicación
del grupo municipal. Una moción de censura encubierta, en palabras del paladín
de una democracia que solo es real cuando se sale con la suya con lo nuestro.
Al frente de la propuesta estaba María Rozas*, decíamos, jefaza de una
Izquierda Unida cuya presencia en la ciudad como partido era una leyenda urbana
más, pero que andando el tiempo se ha convertido en la que maneja los dineros
públicos. La señora María ha presentado unas propuestas propias de su
pensamiento político que han sido rechazadas por la oposición con la consiguiente
calificación de ‘pinza’. ¿Deben ahora pedir perdón esos partidos por haber
ganado esta votación, parafraseando aquellas palabras del Alcalde que tanta
risa le daban? Votar en contra de estas medidas es una irresponsabilidad
institucional, dicen los bien pagados papagayos que retransmiten el Pleno: el gobierno
ha visto tumbada su iniciativa y eso es una irresponsabilidad. Y punto. Porque sí, aunque si de números
hablamos resulta que los concejales que representan a la mayoría de los
ciudadanos no ha aprobado lo que pretendían los concejales que representaban,
lógicamente, a la minoría. ¿Es eso democracia? Puede que el problema no sea que
no sepan perder, sino que (todavía) no han sabido ganar. Es lógico que quien ha
sido alcalde de Teo durante los últimos años no sepa de qué somos capaces los
ciudadanos de una ciudad que ha sido quién de sobrevivir a Conde Roa y sobreponerse
a la amenaza de los tréboles. Después de aquello, escuchar que responsabilidad
es solo votar a favor suya es como quien oye escampar. Ahora solo nos quedan
los corolarios, a saber, la pinza, la irresponsabilidad, el apocalipsis y las
incoherencias. Tal vez debiera dedicar un poco de espacio el alcalde en su
muro, esa especie de ‘Oda a mí mismo con la admiración que me debo’, para explicar a sus votantes
por qué Hacienda municipal está en manos de un partido estatal como Izquierda
Unida, o cómo todavía no ha explicado su catarsis hasta entregar su galleguismo
a cambio del favor de Podemos, que todo lo demás suena a música de Hamelín.
Otra cuestión queda en el aire: ¿debe dimitir la señora Rozas tras el
varapalo sufrido por sus propuestas, ahora que todo está perdido? Escuchadas
las razones del gobierno y la oposición sobre las subidas de impuestos no
parece aconsejable echarle las culpas esta vez a El Correo, sino a Perogrullo: no saber qué significa redistributivo, equidad y preosividad traen estos lodos.
*MARÍA ROZAS Concelleira responsable de Economía e Facenda, con
competencias en Planificación Económica e Financeira, Xestión Tributaria,
Xestión Orzamentaria e Política Fiscal. Primeira tenente de alcalde.
Nada en Santiago de Compostela, en
1981. Traballa como consultora de xestión económica e patrimonial para Administracións
Públicas nunha empresa de tecnoloxía da información e da comunicación.
Licenciada en Ciencias Políticas e Ciencia da Administración pola USC. Master
de Estratexias, Axentes e Políticas da Cooperación ao Desenvolvemento polo
Instituto HEGOA (Universidade do Pais Vasco). Voluntaria en varias ONGD’s e
participante de movementos feministas.
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