Rubén
Cela
o la solidaridad
incoherente
Por Beatriz de Bonaval
Rubén Cela no destaca por ser un líder ni
por ser un hombre valiente. Digamos, más bien, que se deja llevar por lo que le
marca su BNG querido, aunque sólo sea porque es su otra familia y quien desde el biberón de Galiza
Nova le da de comer... Es famoso en Santiago por justificar sus votaciones a escondidas en bares, calles y cualquier
lugar donde crea que deba un explicación. Pero eso no tiene más sentido que el
que no está de acuerdo ni consigo mismo
para votar: “o dí o BNG e punto”, mandadiño
é ….
Últimamente se lamenta mucho sobre sus
socios de gobierno de CA (que, pese a que
lo esperaba, no le hicieron concejal) y
justifica no criticarles mucho por ser de “su cuerda”… Esa cuerda que está tan
estirada que ya más que cuerda, es goma. Ese BNG que por no ser ya ni es
Bloque, ni AGE, ni Anova, ni Podemos Galiza...ni nada. Y ni ellos saben qué son
ni cómo llamarse..
Esa incoherencia del Sr. Cela ha pasado esa
línea roja tan de moda en la política actual. Lo mismo defiende que la
intervención en Irak no era legal, que era imperialismo… que la violencia de
género es un horror (comparto esto), como que Otegui es un Santo varón digno de
un homenaje y un lamentable selfie y que su violencia sí era de la buena.
Porque claro, los heridos y muertos irakies merecen su apoyo pero las víctimas
de ETA, son menos. Los que han mirado cada día bajo su coche y se han despedido
de sus mujeres e hijos cada mañana como si no hubiera otro día, tampoco merecen
su comprensión ni apoyo, y los niños,
mujeres y hombres que han muerto con una bomba, un tiro en la nuca o han sido secuestrados y torturados por ese
amigo suyo, Otegui, tampoco eran personas de bien. Eran opresores de la
libertad del sr. Otegui.
Coherencia, Sr. Cela. La violencia es toda mala y no
se justifica NUNCA.
Así que, Sr. Cela, una pena que usted apoye
asesinos, maltratadores y cobardes tras bombas como fue y es el Sr. Otegui. ETA
es una parte de la historia negra de este país, de esa que no debe repetirse y
de la que Otegui no es sino alguien que debería avergonzarnos y asquearos por
lo que apoyó. Usted sabrá…cada uno elige a sus amigos. Pero sea coherente. Y
valiente.
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