Erotipolitikón, o cómo esperar las primarias, abiertas, en Santiago

"...negando a pies juntillas/

lo pecado a piernas abiertas"

(Quevedo)

Por Lupe Castiñeiras

Hay quienes esperan las primarias abiertas, y hay quienes las prefieren en otras posturas, que en la variedad dicen que está el gusto. Lo importante en cualquier caso es notar cerca a la ciudadanía, sentirla muy dentro, y para eso hay que saber posicionarse. Porque del mismo modo que hay quien opina que lo importante es el aparato, también hay quien cree que lo mejor es abrirse a todos, abrir las ideas y las sensibilidades. Y es que cuando todos van de frente es más difícil que te la cuelen por detrás, que pisos patera de dos puertas difíciles son de guardar si las ideas no están bien asentadas.

Esperar que las primarias sean abiertas no siempre es motivo de gran ilusión en los senos de los partidos, ya que la posibilidad de quedarse solo a medias resultaría frustrante. No faltarán apoyos para la propuesta, es cierto, nunca faltarán manos para ese sostén de la democracia que es la manifestar la voluntad ciudadana a través de la ranura de la urna.

Lo importante es abrirse a la ciudadanía para que cualquier miembro pueda entrar y dejar su voto. Hablar es la clave, muy de cerca pero sin pelos en la lengua, saber empujar, correr serenos pero infatigables sabiendo que, si sienten impotentes ante el desafía, siempre contarán con esa mano amiga que los mantenga erguidos en la lucha. Porque lucha habrá, que no basta con llegar y besar al santo, hay que mostrarse muy duro en lo que se cree para luego poder acostarse con la satisfacción del deber cumplido. Esfuerzo y solidaridad a calzón quitado, sin miedo al dolor, sufriendo a escote.

Es importante esperar las primarias abiertas para que todos los ciudadanos puedan saborear las mieles del triunfo y al final, como se dice en el argot taurino, tocar pelo, si la faena es de las de orejas y rabo.