Tanto iba el cántaro a la fuente que al final se sacó el carné, el de conducir. Tanto decir que quién sabe si subirían los impuestos que al final subirán, pero solo por no tener que escuchar más a los agoreros.
¿Y quién dijo que los impuestos, cuando suben, no son románticos? El amor es eterno…mientras dura. La subida de impuestos será, en cambio, “temporal y limitada” en bronceadas palabras del Presidente pues, ¿alguien podría imaginar que subieran constantemente y de manera ilimitada?
Pero seamos idealizadamente realistas pues cualquiera que haya acudido a una boda religiosa sabrá que el amor, como el impuesto, nunca pasa, todo lo perdona, todo lo comprende, el impuesto todo lo comparte, nunca se cansa porque, como se dice en estas bodas, aunque hablara la lengua de los ángeles, si no pago impuestos ¿de qué me sirve? El amor, como el impuesto, es progresivo, es compasivo. El impuesto, como el amor, es paciente, nos espera sin límites.
¿Y quién dijo que los impuestos, cuando suben, no son románticos? El amor es eterno…mientras dura. La subida de impuestos será, en cambio, “temporal y limitada” en bronceadas palabras del Presidente pues, ¿alguien podría imaginar que subieran constantemente y de manera ilimitada?
Pero seamos idealizadamente realistas pues cualquiera que haya acudido a una boda religiosa sabrá que el amor, como el impuesto, nunca pasa, todo lo perdona, todo lo comprende, el impuesto todo lo comparte, nunca se cansa porque, como se dice en estas bodas, aunque hablara la lengua de los ángeles, si no pago impuestos ¿de qué me sirve? El amor, como el impuesto, es progresivo, es compasivo. El impuesto, como el amor, es paciente, nos espera sin límites.
Amad los impuestos porque un impuesto sin amor es solo joder.
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