Cuando el gobierno bipartito acogió la doctrina política de la cuota, no estaba pensando en la láctea, presumiblemente, sino en la otra, es decir, la de las otras. O como sea. Y tan desprevenido les ha cogido que agricultores y ganaderos han tenido que llegarse a Santiago a recordarles a sus gobernantes que dejen de tener la mente en barbecho y se pongan a trabajar por ellos que para estabulados ya están las frisonas.
Uno de los aspectos más satisfactorios de la asistencia a manifestaciones varias es la de disfrutar con la imaginación que se despliega en eslóganes de pancartas y megáfonos, trabajo no siempre fácil ni suficientemente reconocido. Y en esta tarea destaca sin duda la de ganaderos y agricultores, los mismos que acaban de manifestarse por las plateadas calles de Santiago, criticando con bastante mala leche que no digan ni “mú” Bipartito y Ministerio en la protección de sus intereses. Y no, no se vio al señor Quintana, que a esas horas debería estar preparando su intervención vespertina sobre refundación del capitalismo desde la autogestión, ni a miembro alguno del bipartito, algunos de los cuales más que tierra, ya han puesto agua atlántica de por medio a bordo de urnas-patera.
A falta de confirmación científica, siempre se ha considerado más duro el trabajo de agricultores y ganaderos que el de los políticos, razón por la que sus demandas adquieren en nuestra conciencia ya callosa un tono más íntimo, por más que un tractor pueda llegar a costar lo mismo que un Audi. La manifestación, se dirá, es maniobra de la derecha para perturbar la labor de gobierno. De ser así solo sería necesario descargar de razones a los manifestantes y a esta hora eso no se ha producido. Eso sí, algo falla cuando hay sindicatos del campo que hacen la cosecha por su cuenta, que criticar critican pero como aquellos gorrinos de Orwell, pareciera que unos son más iguales que otros reivindicando…
Lo único que se sacará en claro, vista la eficacia de este tipo de acciones, es que si cuando Fraga fueron maltratados y con el Bipartito apaleados, si alguien puede sacarles de la que se encuentran tendrá que ser el Espíritu Santo. Porque si no, las explotaciones ganaderas acabarán pareciendo corralitos.
Uno de los aspectos más satisfactorios de la asistencia a manifestaciones varias es la de disfrutar con la imaginación que se despliega en eslóganes de pancartas y megáfonos, trabajo no siempre fácil ni suficientemente reconocido. Y en esta tarea destaca sin duda la de ganaderos y agricultores, los mismos que acaban de manifestarse por las plateadas calles de Santiago, criticando con bastante mala leche que no digan ni “mú” Bipartito y Ministerio en la protección de sus intereses. Y no, no se vio al señor Quintana, que a esas horas debería estar preparando su intervención vespertina sobre refundación del capitalismo desde la autogestión, ni a miembro alguno del bipartito, algunos de los cuales más que tierra, ya han puesto agua atlántica de por medio a bordo de urnas-patera.
A falta de confirmación científica, siempre se ha considerado más duro el trabajo de agricultores y ganaderos que el de los políticos, razón por la que sus demandas adquieren en nuestra conciencia ya callosa un tono más íntimo, por más que un tractor pueda llegar a costar lo mismo que un Audi. La manifestación, se dirá, es maniobra de la derecha para perturbar la labor de gobierno. De ser así solo sería necesario descargar de razones a los manifestantes y a esta hora eso no se ha producido. Eso sí, algo falla cuando hay sindicatos del campo que hacen la cosecha por su cuenta, que criticar critican pero como aquellos gorrinos de Orwell, pareciera que unos son más iguales que otros reivindicando…
Lo único que se sacará en claro, vista la eficacia de este tipo de acciones, es que si cuando Fraga fueron maltratados y con el Bipartito apaleados, si alguien puede sacarles de la que se encuentran tendrá que ser el Espíritu Santo. Porque si no, las explotaciones ganaderas acabarán pareciendo corralitos.
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