El Ateneo Republicano de Galicia ha publicado en prensa (Domingo 30 de Noviembre), una página informativa de cuyo contenido destaca la reivindicación de los valores republicanos, trata determinados aspectos de la Casa Museo Casares Quiroga y crítica con cierta amargura la gestión que de esta Casa Museo está realizando el BNG a quien se encargó su administración y funcionamiento.
La República, la segunda, con sus luces y sombras, se ha convertido en la piedra de toque de cualquier sensibilidad social y política en nuestros días. Las ventanas que se abrieron entonces para que entrara aire renovado y los desmanes cometidos al amparo de lo republicano confunden aún hoy día por esos claroscuros a quienes buscan en aquel período histórico explicación a la vida contemporánea. Y desconciertan, no poco, a quienes teniendo una profundan convicción republicana no acaban de entender el por qué la república, en España, sólo puede ser entendida desde la izquierda. O acaso es que se entienda demasiado bien.
Sea como fuere, el Ateneo critica en su reivindicación mediática que el Bloque ha empleado en este tiempo la memoria y el inmueble de la Casa Museo Casares Quiroga en asuntos que poco o nada tienen que ver con la República (¿qué será eso del tuppersex para mulleres?) y, en no pocas ocasiones, la ha utilizado directamente para sus propios intereses de partido. Cualquier espectador no avezado podrá acaso sorprenderse por esta crítica encontrándonos como estamos en la tesitura de creer como un carbonero que todo lo que sea anti-derecha es lo mismo en sus fines, y dan igual los medios.
Y es que antes que la Historia sea definitivamente sobrescrita conviene recordar que el republicanismo español, y el gallego en concreto, nada tienen que ver con los actuales nacionalismos, que más huelen a castrismo caribeño de favores, mojitos y coches oficiales. La reprimenda pública hecha ahora desde el Ateneo Republicano es prueba de que no todo vale en política, es prueba de la dispersión ideológica de quienes se dicen depositarios del galleguismo y prueba, en fin, de que para el BNG Galicia está a su servicio y no al revés.
Porque la República no era de izquierdas tal y como entendemos esta hoy día, no. Fueron la Guerra y Franco los que llevaron a la izquierda a cobijarse en el republicanismo y los partidos actuales a repartirse la herencia, o mejor la legítima, de la República.
Pero mal ha hecho el Ateneo Republicano con sacarle los colores a estos señores del Bloque: será su próxima víctima.
La República, la segunda, con sus luces y sombras, se ha convertido en la piedra de toque de cualquier sensibilidad social y política en nuestros días. Las ventanas que se abrieron entonces para que entrara aire renovado y los desmanes cometidos al amparo de lo republicano confunden aún hoy día por esos claroscuros a quienes buscan en aquel período histórico explicación a la vida contemporánea. Y desconciertan, no poco, a quienes teniendo una profundan convicción republicana no acaban de entender el por qué la república, en España, sólo puede ser entendida desde la izquierda. O acaso es que se entienda demasiado bien.
Sea como fuere, el Ateneo critica en su reivindicación mediática que el Bloque ha empleado en este tiempo la memoria y el inmueble de la Casa Museo Casares Quiroga en asuntos que poco o nada tienen que ver con la República (¿qué será eso del tuppersex para mulleres?) y, en no pocas ocasiones, la ha utilizado directamente para sus propios intereses de partido. Cualquier espectador no avezado podrá acaso sorprenderse por esta crítica encontrándonos como estamos en la tesitura de creer como un carbonero que todo lo que sea anti-derecha es lo mismo en sus fines, y dan igual los medios.
Y es que antes que la Historia sea definitivamente sobrescrita conviene recordar que el republicanismo español, y el gallego en concreto, nada tienen que ver con los actuales nacionalismos, que más huelen a castrismo caribeño de favores, mojitos y coches oficiales. La reprimenda pública hecha ahora desde el Ateneo Republicano es prueba de que no todo vale en política, es prueba de la dispersión ideológica de quienes se dicen depositarios del galleguismo y prueba, en fin, de que para el BNG Galicia está a su servicio y no al revés.
Porque la República no era de izquierdas tal y como entendemos esta hoy día, no. Fueron la Guerra y Franco los que llevaron a la izquierda a cobijarse en el republicanismo y los partidos actuales a repartirse la herencia, o mejor la legítima, de la República.
Pero mal ha hecho el Ateneo Republicano con sacarle los colores a estos señores del Bloque: será su próxima víctima.
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