En el Día del Padre, Día de San José, la felicidad inunda no pocos hogares como la nata que recubre una torta de cumpleaños, felicidad que es completa en aquellas casas en las que el padre, además, es el papá. Y sin embargo, los signos de los tiempos, más veloces que los de puntuación pero menos que los de sutura, han convertido al padre en el llamado Progenitor A de los Registros, situación que se complica con los así llamados matrimonios homosexuales en que con esta cuestión de la paternidad acaba montándose el lío padre. Pero esa es otra historia…
Y claro, cómo olvidar en este Día a los José y los Pepes y Pepiños, y las Pepas, por supuesto, y Josefa y Josefinas, y los José Tal y los Cual José, que también tienen su corazoncito, y hasta los Xosé y las María Xosé, sin olvidar los Josep y los Joseba y tantas y tantas combinaciones que, al fin y al cabo, tanto da. A todos muchas felicidades, y si se me olvida alguien, que se meta él solita, o ella, que hay sitio para todos siempre que traigan vino. Y ya de paso, felicidades a todos los demás que no celebran hoy. Y venga, también a todo el mundo, por qué no. Y a los de Saturno, que nunca nadie se acuerda de ellos.
Y claro, cómo olvidar en este Día a los José y los Pepes y Pepiños, y las Pepas, por supuesto, y Josefa y Josefinas, y los José Tal y los Cual José, que también tienen su corazoncito, y hasta los Xosé y las María Xosé, sin olvidar los Josep y los Joseba y tantas y tantas combinaciones que, al fin y al cabo, tanto da. A todos muchas felicidades, y si se me olvida alguien, que se meta él solita, o ella, que hay sitio para todos siempre que traigan vino. Y ya de paso, felicidades a todos los demás que no celebran hoy. Y venga, también a todo el mundo, por qué no. Y a los de Saturno, que nunca nadie se acuerda de ellos.
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