Y es que en trece semanas el gobierno popular ya es un ser vivo pero humano, lo que se dice humano, estará por ver. Paritario parece que no, o que sí, dependiendo de quién lea la norma, pero el concepto humano es más caleidoscópico y debiera generar un debate social, o tal vez el debate sea sobre el concepto semana o, mejor aún, un debate sobre el concepto debate o hasta el concepto concepto. Y humano o no, al fin y por fin la oposición ha dejado la política de porteras y anuncia a bombos y platillos volantes que llevará a los tribunales la legalidad, o no, de la paridad, o no, del gabinete Feijóo. Así sí, señoras…
No parece que sea esta iniciativa la que acabe por sacarnos de la crisis pero oiga, la legalidad es la legalidad y quien mal anda mal acaba, o acabamos si de políticos hablamos, que no se puede burlar a los ciudadanos menospreciando la legalidad, menos la de la paridad que para eso es democrática, la norma, como todas mientras no se demuestre lo propio y lo contrario, a los tribunales y que espere el señor cuya vida depende de que un juez le reconozca su derecho, ese a la cola, la ley es la ley hasta para Feijóo, y que hablen los puñeteros jueces, el imperio de la ley contraataca. Sí, que así sea.
Que aunque la belleza está en los interiores las formas son imprescindibles y por eso no se quiere anular cuanto haga o deshaga este gobierno bajo sospecha paritaria lo cual es como descafeinar el vino tinto de la reclamación, pera allá todos ellos.
Trece semanas para gestar este gesto, la reclamación judicial, bien hecho, la ley por encima de todo y en materia de igualdad con más motivo. Todos somos gilipollas ante la ley, gilipollas y gilipollos.
No parece que sea esta iniciativa la que acabe por sacarnos de la crisis pero oiga, la legalidad es la legalidad y quien mal anda mal acaba, o acabamos si de políticos hablamos, que no se puede burlar a los ciudadanos menospreciando la legalidad, menos la de la paridad que para eso es democrática, la norma, como todas mientras no se demuestre lo propio y lo contrario, a los tribunales y que espere el señor cuya vida depende de que un juez le reconozca su derecho, ese a la cola, la ley es la ley hasta para Feijóo, y que hablen los puñeteros jueces, el imperio de la ley contraataca. Sí, que así sea.
Que aunque la belleza está en los interiores las formas son imprescindibles y por eso no se quiere anular cuanto haga o deshaga este gobierno bajo sospecha paritaria lo cual es como descafeinar el vino tinto de la reclamación, pera allá todos ellos.
Trece semanas para gestar este gesto, la reclamación judicial, bien hecho, la ley por encima de todo y en materia de igualdad con más motivo. Todos somos gilipollas ante la ley, gilipollas y gilipollos.
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