Del Circo

Desde la llegada de la uperisación, el cuento de la lechera ya no es lo que era. Lo vimos con el Compos y ahora lo sufrimos con el Obradoiro, equipo va camino de quedarse en mera fachada. Así de pesarosos estábamos hasta que llegó el circo a Santiago con sus impagables números de equilibristas, acróbatas y saltimbanquis para conseguir despertar en el espectador la mayor de las ilusiones y sorprenderle hasta dejarle con la boca abierta. Y tras marcharse José Blanco será otro circo, el del Sol esta vez, el que nos devuelva la alegría ilusionándonos de igual modo pero con otro estilo y algo más de glamour.
Será que ha comenzado la carrera electoral, la única competición en la que hay más competidores que aficionados, un tiempo durante el cual todo lo que se dice se hace en términos de cálculo de escrutinio, se barajan candidatos con finura de tahúr y hasta los populares, que en esto no son mancos, parecen tener un as en la manga con la ventaja añadida de no haber tenido que elaborar un programa nuevo desde hace varias elecciones. Las encuestas repiten los reñidos resultados de las pasadas elecciones municipales apuntando a que la batalla por auparse al trono de Raxoi puede quedar finalmente en tablas, como las de Daimiel.