¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
(pues porque sí)
DEL BALANCE
Los años, como los coches, pueden ser nuevos, viejos y de ocasión como el que nos aguarda en unas horas, cuando esperamos ver fructificar las semillas que hemos plantado en estos doce meses sin percatarnos de que ya se las comieron los pájaros, esos que tenemos en la cabeza. Horas en las que si miramos atrás acabamos golpeándonos contra el muro de siempre, de ver cuán lejos queda al fin el inicio de un Xacobeo plasmado para siempre en las rutinas de nuestros ojos, tiempo para recordar que una pelotita nos hizo amos del mundo de las vanidades olvidando que solo a Casillas le traerán carbón por bueno. O por malo. Horas previas de uvas y recuerdos en sepia en que la única luz que veremos al final del túnel será la del Hórreo, acabado justo a tiempo, a tiempo de las elecciones, de repasar el negociete de unos pocos trayendo a un papa secuestrado y horas, en fin, de rememorar lo caro pero gratificante que resulta olvidar a un sinvergüenza. Hemos de esperar a que muera un año para ver los gusanos que esconde, pero siempre nos quedará el deseo de vernos juntos otra vez en el entierro del que ahora comienza.
Publicado en SANTIAGOSIETE el 30 de Diciembre de 2010
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