La piedra no es el único elemento que se interpone dos veces en el camino del hombre. También están los pregones. Lo sabemos porque hemos conocido el de este año para el del Apóstolo, Moncho Fernández, el egregio entrenador del equipo local de baloncesto, el Obradoiro etc. (baloncesto es, recuérdese, ese deporte en el que unos tipos especialmente altos demuestran tener una habilidad especial para meter, en ropa interior, una pelota en un aro).
Nos alegramos por él, pero no escarmentamos. Queremos pregoneros, no pregones. Ahora le ha tocado a Moncho semejante honor. Dicen que por ser una persona querida, popular, de consenso…quién sabe. Nada que ver con olvidados limpiabotas enxebres, nada en común con aquellos otros que, en años pasados como legislaturas pochas, acababan curiosamente en aquello que alguien expresó como que “cuando suena el río de la causalidad editorial auga lleva”. No, esta vez volvemos a lo de siempre y, como siempre, podemos cerrar los ojos e imaginar sin equivocarnos en exceso cómo será el discurso.
Nos alegramos por él, por el reconocimiento, o no, que supone su designación. Pero volvemos a hacernos la pregunta de cada año: ¿es necesario que de un pregón?
Pues ya contaremos cómo fue la cosa. O no.
PROGRAMA FIESTAS APÓSTOLO 2012
SANTIAGO DE COMPOSTELA
Pues ya contaremos cómo fue la cosa. O no.
PROGRAMA FIESTAS APÓSTOLO 2012
SANTIAGO DE COMPOSTELA
Y si lo desea a pesar de todo, aún tiene la oportunidad de leer el Pregón de Moncho Fernández
PREGÓN
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