"Antes de nada, perdón". Novagalicia, Carta de una afectada por las preferentes

Correo recibido hoy en LyB

Querido César, querido José María y, por si fuciona conmigo querido Emilio:

Soy G, una de la afectadas por las preferentes de su entidad y que, como ustedes, deseo iniciar una campaña de lavado de cara.

Lo hago porque soy una de esas “malas prácticas” anteriores a su llegada a la entidad. Ya saben, una trabajadora que un día necesitó un crédito para mercar un nuevo vehículo para poder seguir trabajando ampliando una hipoteca anterior y que, como fruto de esa mala gestión, me fue concedido…a cambio de ciertas preferentes “de toda garantía”. Pero claro, todo eso fue antes de su llegada a la gestión de la entidad, antes de saber que existía un “gran proyecto para Galicia” pleno de ilusión y confianza. Fíjense, ignorando ese proyecto en mi ruindad me conformaba con llegar a fin de mes…mes sí, mes no. Lo que es haber estudiado.

Les pido perdón por no haber tenido “suficientes conocimientos financieros”, lo mío es otra cosa, aquella persona que me hizo firmar las “preferentes” pudo ver mis manos deformadas de trabajar, que apenas saben otra cosa que escribir mi nombre y que han de pedir a un amigo que me escriba esta carta electrónica. Les pido también perdón por ello. Y perdón por obligarles a pedir perdón por los “graves problemas” que nos ha causado, no puedo imaginar qué sentirán al hacer lo que les honra. Lloro al pensar la cara de vergüenza cuando tengan que pedir al Estado, entre las que me incluyo, seis mil millones de euros. Les comprendo porque una vez tuve que pedir en mi sucursal casi treinta y cinco euros para que no me devolvieran una factura de electricidad y casi sufro un ataque de nervios. Por cierto, no quisieron adelantármelo, pero lo comprendo, solo hubiera agravado la situación la situación y podría poner en peligro ese proyecto ilusionante para Galicia y las pensiones de los anteriores gestores. Qué tonta soy. Por eso me alegro que el Estado, yo incluida, les conceda esa ayuda “mucho mayor de la que en realidad necesitan”, por lo que he podido leer, y que con lo que les sobre de la ayuda no tengan la angustia de que puedan cortarle la electricidad por falta de pago. Es un fastidio, como seguro bien sabrán.

Les pido perdón, a ustedes porque veo que saben sufrir al ver cada primero de mes cómo aquellos otros que les precedieron en el cargo hacen cola, junto a nosotros, para cobrar su pensión, algo mayor de lo habitual por las indemnizaciones que recibieron. Pero como eso fue antes de su llegada a la gestión de la entidad, ¡qué le vamos a hacer! Saber que ustedes garantizan que “no volverá a suceder nada semejante” es lo mejor que podemos escuchar. Gracias por asegurarnos que esos malnacidos no volverán a hacerlo, no volverán a cobrar millones de pesetas que eran nuestras. Aunque sobre ustedes y de los que vengan no han dicho nada, supongo que no es necesario.

Les pido perdón por todo eso y desde aquí quiero manifestarles mi voluntad de incorporarme a ese proyecto, lo que ustedes llaman “la última oportunidad de Galicia de tener un banco propio”.

Yo también les pido perdón, por mi mala gestión anterior, por mis malas prácticas y les prometo que no volverá a suceder.

Y entre tanto perdón que nos piden, no leo ni una palabra acerca de devolvernos nuestro dinero. No se preocupen, al igual que ocurre con los anteriores gestores yo ya soy antigua clienta: que me reclamen ellos porque el dinero del préstamo que me concedieron a cambio de las preferentes lo va a devolver vuestra puta madre. Disfrutad del dinero de mis preferentes que yo me queso con este.

Con cariño desde algún lugar de Europa, manoseando ese dinero, G.