Por Ana Ulla
Para saber más:
Juicio al Sistema I
el presidente ya se puede poner las pilas
La Voz a ti Debida
Que haga lo quq quiera Currás, que a lo mejor hay problemas para todo el mundo
De Lara investiga las filtraciones de Luciano Prado
Juicio al Sistema I
el presidente ya se puede poner las pilas
La Voz a ti Debida
Que haga lo quq quiera Currás, que a lo mejor hay problemas para todo el mundo
De Lara investiga las filtraciones de Luciano Prado
Tal vez alguien se ha preguntado alguna vez por el motivo
por el que la jueza Pilar de Lara, tan lucense ella, hizo venir desde Madrid a
un destacamento del Servicio de Vigilancia Aduanera para que llevase a cabo las
actuaciones policiales propias que la instrucción requiriese, preteriendo a la
policía y guardia civil de la región como hubiera sido lo ordinario. El motivo,
al decir de los conocedores del caso, hay que buscarlo en Ferrol, en el llamado
Caso Arena, aquel en el que el otrora diputado popular Javier Escribano fue
investigado e imputado para que finalmente su investigación por corrupción
quedara en nada. O en casi nada, porque ahí debe seguir el Ferrari que la
abuela pensionista del tal Escribano le regaló, presente que el juez le
cuadraba más con los indicios de soborno y regalazos que la actuación
destilaba. Pero así resultó, siendo que al acordar el sobreseimiento se
admiraba de cómo los investigados sabían más que el propio juez acerca de los
movimientos policiales, especialmente de la guardia civil, preguntándose igualmente
por las razones de por qué la cúpula provincial popular sabía más por
investigaciones paralelas que lo que el propio juez ferrolano desconocía.
Lo que apuntó como una connivencia entre esa cúpula política
y determinados elementos de la fuerzas de seguridad, amén de ciertos miembros nunca
nombrados de la judicatura provincial parece que movieron a la juez De Lara a
prescindir de los servicios de las fuerzas policiales gallegas y, en la medida
de lo posible, de no pocos cauces jurisdiccionales a fin de limitar el acceso a la investigación
que lleva a cabo a determinados ámbitos del tercer poder, todo ello con el
resultado que se está viendo, para bien o para mal.
Es en este contexto como las filtraciones de las
conversaciones telefónicas de algunos implicados encuentran parte de su sentido.
Especial relevancia, por ejemplo, tienen las palabras de Luciano Prado, hermano
de la popular ex portavoz y ex concejala compostelana Paula Prado, protagonista
estelar de una de esas conversaciones en las que declaraba compartir mesa y
mantel, al menos, con magistrados y mandos de la guardia civil que, decimos
nosotros, parecieran comer de su mano.
Precisamente en esas conversaciones se mencionan unas
fotografías antiguas que mostraban al presidente Feijóo en compañía del
conocido Dorado, el narco de los mil ojos, fotografías que Luciano Prado
calificó de pura dinamita política capaz de hacer saltar al partido en Galicia,
y todo ello con motivo de otro asunto en apariencia menor, la caída del alcalde
de Santiago, Conde Roa, la llegada de su sucesor Currás y el ostracismo a que
fue sometido la considerada como sucesora natural del asunto, Paula Prado, dando
a entender que llegaría a utilizarlas si las cosas seguían adelante en
Santiago, como así ocurrió, además de amenazar con otras actuaciones judiciales
contra miembros del consistorio considerados como enemigos políticos de la
hermana, como también ocurrió, casualidad o no.
Ahora precisamente la jueza De Lara está investigando la
relación entre Luciano Prado y la retahíla de filtraciones que de un modo u
otro han ido llegando interesadamente a la prensa, ignorándose el sentido último
de esta investigación y el papel que puedan jugar en ellas no solo quienes las
suministraban, sino los receptores de las filtraciones. Y, naturalmente, qué
tipo de provecho de cualquier clase pudieron sacar unos y otros de todo ello.
Así las cosas, ¿cómo olvidar las palabras del presidente
Feijóo cuando en el Parlamento habló de las fotos y de su cándida amistad con
el narco? A su decir, todo aquello ya fue investigado, la relación era
meramente de amistad, solo recordaba ‘que había nieve’ pero, (¿cómo nadie
recuerda esto?) las famosas fotografías que salieron a la luz durante la
instrucción de la Pokémon y la liquidación del gobierno municipal de Santiago,
ya fueron investigadas y archivadas. Investigadas y archivadas a buen recaudo en aquel entonces, ¡cosas que
pasan! por un tal juez Vázquez Taín…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario