Publicado en SANTIAGOSIETE el 21 de Septiembre de 2008
No sabemos si es cierto que quien trabaja es porque no sirve para otra cosa. Sobre el tema tendrán ideas encontradas quienes trabajan como burros y quienes cobran una burrada por ser altos cargos de la Administración. Cuestión de perspectiva. Por eso cuentan algunos que no han tenido más remedio que cumplir la legalidad, esta vez sí, y se ven obligados a cobrar, por ser un alto cargo, ese plus tan alto para vivir como el Altísimo. Un aguinaldo de nada siempre está bien al quedarse parado en los tiempos que corren. Se pasa así del nombramiento digital a las cuentas de abultados dígitos, pero unas cuentas nada corrientes para la mayoría por la velocidad que alcanzan. Esas cuentas sí que tienen interés y no la de aquellos para quienes todos los días son finales de mes. Explican que de no haber aceptado ese dinerillo se habría puesto en peligro la estabilidad del bipartito y eso no tiene precio, solo cuesta el entenderlo, porque hasta la revolución tiene sus límites. Y algunos se preguntan si se trata de una paga extra porque buena parte de sus beneficiarios hacen eso, un papel de extras en la política, como si de una película de indios se tratara.
***
Parecerá una ordinariez hablar de la extraordinaria pero es sencillamente demagogia, la propia de quienes no la cobraremos. Y como en ocasiones es peor el remedio que la enfermedad, el asunto se torna gracioso cuando además tratan de justificar moralmente un cobro que resulta ser voluntario. “Dura lex, sed lex”, que decían los clásicos, y la de la Función Pública no iba a ser menos, porque igual que ahora los recién nacidos vienen con un cheque bajo el brazo, por qué no iba a venir la política con esta baguette bajo el escaño, es que nos quejamos por vicio. Al menos resulta reconfortante ver que en este siglo el dinero no entienda de siglas y beneficie por igual a todos los partidos aunque no a quienes les votan. Estemos de acuerdo en que al abandonar la política reciban tales cargos un reconocimiento, pero a la vista de lo que van a cobrar por ello, que no se diga que será por servicios prestados.
José María Sánchez Reverte
No sabemos si es cierto que quien trabaja es porque no sirve para otra cosa. Sobre el tema tendrán ideas encontradas quienes trabajan como burros y quienes cobran una burrada por ser altos cargos de la Administración. Cuestión de perspectiva. Por eso cuentan algunos que no han tenido más remedio que cumplir la legalidad, esta vez sí, y se ven obligados a cobrar, por ser un alto cargo, ese plus tan alto para vivir como el Altísimo. Un aguinaldo de nada siempre está bien al quedarse parado en los tiempos que corren. Se pasa así del nombramiento digital a las cuentas de abultados dígitos, pero unas cuentas nada corrientes para la mayoría por la velocidad que alcanzan. Esas cuentas sí que tienen interés y no la de aquellos para quienes todos los días son finales de mes. Explican que de no haber aceptado ese dinerillo se habría puesto en peligro la estabilidad del bipartito y eso no tiene precio, solo cuesta el entenderlo, porque hasta la revolución tiene sus límites. Y algunos se preguntan si se trata de una paga extra porque buena parte de sus beneficiarios hacen eso, un papel de extras en la política, como si de una película de indios se tratara.
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Parecerá una ordinariez hablar de la extraordinaria pero es sencillamente demagogia, la propia de quienes no la cobraremos. Y como en ocasiones es peor el remedio que la enfermedad, el asunto se torna gracioso cuando además tratan de justificar moralmente un cobro que resulta ser voluntario. “Dura lex, sed lex”, que decían los clásicos, y la de la Función Pública no iba a ser menos, porque igual que ahora los recién nacidos vienen con un cheque bajo el brazo, por qué no iba a venir la política con esta baguette bajo el escaño, es que nos quejamos por vicio. Al menos resulta reconfortante ver que en este siglo el dinero no entienda de siglas y beneficie por igual a todos los partidos aunque no a quienes les votan. Estemos de acuerdo en que al abandonar la política reciban tales cargos un reconocimiento, pero a la vista de lo que van a cobrar por ello, que no se diga que será por servicios prestados.
José María Sánchez Reverte
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