En su comparecencia ante el parlamento de Galicia, el Valedor do Pobo ha criticado a los partidos allí presentes el haber hecho de la lengua un elemento de confrontación entre los ciudadanos. Y no quiso decir más tal vez porque no le tiraron lo suficiente de esa lengua o porque no se le hiciera un nudo gordiano en semejante músculo. Mientras, en los escaños, a este propósito los parlamentarios se hacían burlas a propósito de la lengua, se llamaban deslenguados y argumentaban sobre el informe del Valedor más con lengua de trapo que como responsables políticos. Y es que resultaba llamativo que de un mismo documento tres grupos sacaran conclusiones tan distintas como si aquello fuera un nuevo Babel con grelos, unos se acordaban de la lengua azul y otros respondían con lengua viperina en ese lenguaje de signos que todos entienden, lenguaraces diputados, señorías sin señorío que se miraban con cara de lenguado sacándose la lengua unos a otros, lengua, arma de enamorados que en boca de políticos se hace pescado podrido, y a los que más les valiera haberles cortado la lengua antes de dejarnos mudos con su espectáculo de nenos de galescolas.
Cuando al fin el Valedor presente su informe sobre el Parlamento a los ciudadanos tendremos que decir que esos señores, los políticos son unos, unos, unos…no doy recordada la palabra, pero la tengo en la punta de la lengua.
Cuando al fin el Valedor presente su informe sobre el Parlamento a los ciudadanos tendremos que decir que esos señores, los políticos son unos, unos, unos…no doy recordada la palabra, pero la tengo en la punta de la lengua.
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