María José Caride aún lleva sobre sus hombros izquierdos la “L” de novata del carné socialista con lo que eso pesa, mucho más que la “X” por la “J”, que es como ese cromosoma tal por el pata negra cuál. Pero esto no es más que lo habitual en las casas de los otros, las de los parientes políticos, las suegras, yernos y otras alimañas, porque en familias con la misma sangre estas cosas, de poder ser pensadas, serían impensables. Son estas razones las que llevan a algunos a pensar, pues también hay quien le ha dedicado tiempo a ello por asombroso que parezca, que Caride no sea del todo bien recibida en el sofá del PSG en un momento en que la bolsa de empleo, con la llegada del bipartito a la cocina, ha aumentado hasta tamaños de Montgolfier y basta con imaginarse esa especie de OPE (Oferta Pública de Escaños, o de Empleo) tan a lo beeestia. Tantos años esperando para que ahora cualquier espontánea se cuele por una vía de servicio en la carrera por la moqueta, por mucho que venga de la laberíntica mano de Emilio. Faltaría más.
Y será así o no, pero cuando el río suena es que no andará muy lejos. Galicia no iba a ser una excepción y la existencia de estas familias sicilianas o zoológicas en el partido es arma de triple filo, pues no hay especie más preparada para la supervivencia que la que se siente aristocracia de algo, se dedique esta a lo que se dedique, en este caso a la política, y ello hasta sus últimas consecuencias incluido el incesto si hiciera falta. Y en este ámbito Caride es una plebeya, y su consellería morganática.
De nada habrá servido entonces que Caride haya pasado, dice, con una de las mejores notas el examen del bipartito cuando las elecciones están a la vuelta de la espina. Y aunque todavía queda mucho por ver y verla sin gafas de ir a ver a verla, está por ver si entre los socialistas primará la política de partido o la de gobierno, con ella de por medio como los niños en una discusión de sus padres. Mientras, queda esperar que diga cuál es el peaje por circunvalarla.
Y será así o no, pero cuando el río suena es que no andará muy lejos. Galicia no iba a ser una excepción y la existencia de estas familias sicilianas o zoológicas en el partido es arma de triple filo, pues no hay especie más preparada para la supervivencia que la que se siente aristocracia de algo, se dedique esta a lo que se dedique, en este caso a la política, y ello hasta sus últimas consecuencias incluido el incesto si hiciera falta. Y en este ámbito Caride es una plebeya, y su consellería morganática.
De nada habrá servido entonces que Caride haya pasado, dice, con una de las mejores notas el examen del bipartito cuando las elecciones están a la vuelta de la espina. Y aunque todavía queda mucho por ver y verla sin gafas de ir a ver a verla, está por ver si entre los socialistas primará la política de partido o la de gobierno, con ella de por medio como los niños en una discusión de sus padres. Mientras, queda esperar que diga cuál es el peaje por circunvalarla.
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