Si cuando llega el fin de semana usted no va a ningún congreso, perdone pero es un paria social, un apestado. Si a estas alturas no tiene usted congreso al que ir, nacional, regional, local, de barrio o en un ático, no sabemos qué pinta usted entre nosotros. Da igual el partido, las siglas, el motivo o la falta, no importa qué se celebra o a quién se castiga, el elegido o el lema, porque si usted no asiste a nada entonces sobra.
Los fines de semana son días de congreso y noches de resaca, haga usted algo de provecho en su vida, jalee, insulte, enarbole banderitas, aplauda o abuchee pero no se quede en casa o los nietos de sus nietos se avergonzarán de usted el día de mañana. Asista a algo aunque sea a la reunión de la comunidad de vecinos, a un mitin, al congreso de los que nuca van a un congreso, pero no permita que cuando llegue el lunes le señalen por la calle: ¡Mirad, es él! ¡No tiene congreso al que ir, el pobre…!
Ya lo ve, tiene donde elegir como en la cartelera de los cines, congresos para todos los gustos y colores, comida y desplazamientos garantizados y solo tiene que aplaudir o gritar. No sea usted un cafre social, un marginado del pin, un border line de la agitación o la sumisión y lleve usted a sus hijos, a su mujer, a su suegra. Decenas de congresos le esperan con su silla plegable y dura y, si tiene suerte, alguna actuación musical.
Así que ya lo sabe y no se haga el alcornoque, asista a un congreso cada fin de semana y salga a la calle con la cabeza bien alta, prepárese un buen programa de congreso ahora que la liga de fútbol está a punto de terminar. Lo agradecerá.
Los fines de semana son días de congreso y noches de resaca, haga usted algo de provecho en su vida, jalee, insulte, enarbole banderitas, aplauda o abuchee pero no se quede en casa o los nietos de sus nietos se avergonzarán de usted el día de mañana. Asista a algo aunque sea a la reunión de la comunidad de vecinos, a un mitin, al congreso de los que nuca van a un congreso, pero no permita que cuando llegue el lunes le señalen por la calle: ¡Mirad, es él! ¡No tiene congreso al que ir, el pobre…!
Ya lo ve, tiene donde elegir como en la cartelera de los cines, congresos para todos los gustos y colores, comida y desplazamientos garantizados y solo tiene que aplaudir o gritar. No sea usted un cafre social, un marginado del pin, un border line de la agitación o la sumisión y lleve usted a sus hijos, a su mujer, a su suegra. Decenas de congresos le esperan con su silla plegable y dura y, si tiene suerte, alguna actuación musical.
Así que ya lo sabe y no se haga el alcornoque, asista a un congreso cada fin de semana y salga a la calle con la cabeza bien alta, prepárese un buen programa de congreso ahora que la liga de fútbol está a punto de terminar. Lo agradecerá.
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