Tienen razón esos dirigentes del BNG que afirman que suprimir el gallego en las oposiciones es exponerse a que Galicia se llene de “gente de fuera”. Algo más matizable sin embargo sería decir que con ello se ataca al corazón de esta tierra, sí, por ser personas que por definición no son gallegas, pero aún así no andan faltos de razón en esta acusación.
Porque sí, ya no vivimos en esos años de plomo en que eran los gallegos quienes andaban de allá para acá llenando tierras argentinas o uruguayas, suizas, francesas o australianas o a la Costal Sol, no. Esos años quedaron atrás y en vano podemos pretender explicar la situación actual con hechos sacados de contexto. O de quicio.
Porque si las circunstancias históricas fuesen las mismas cualquiera podría entender que al igual que entonces lejanas tierras acogieron a decenas de miles de gallegos que luchaban por sobrevivir lejos de su tierra, hoy también Galicia recibiría encantada y con la misma lógica a todos aquellos por mil circunstancias desearan establecerse en esta santa tierra. Pero como los años han pasado y las circunstancias no son las mismas, pues no. Y así lo han sabido ver muy bien desde el Bloque, que no está el horno para bollos en estos tiempos que corren como manadas de elefantes en una cacharrería de bohemia.
Posiblemente si hubiera existido el Bloque en aquellos años de la emigración tendría una perspectiva distinta, pero la Historia con mayusculas es la mejor maestra y tal vez por eso no quiso que viniese al mundo esta formación hasta que su tierra la necesitara de verdad.
Así que ánimo y a cerrar fronteras. Por suerte ya no hay necesidad de reciprocidad y ahora podemos decir con orgullo ganado a pulso lo que entonces por penuria ni pensábamos: muérete de hambre en tu tierra.
Porque sí, ya no vivimos en esos años de plomo en que eran los gallegos quienes andaban de allá para acá llenando tierras argentinas o uruguayas, suizas, francesas o australianas o a la Costal Sol, no. Esos años quedaron atrás y en vano podemos pretender explicar la situación actual con hechos sacados de contexto. O de quicio.
Porque si las circunstancias históricas fuesen las mismas cualquiera podría entender que al igual que entonces lejanas tierras acogieron a decenas de miles de gallegos que luchaban por sobrevivir lejos de su tierra, hoy también Galicia recibiría encantada y con la misma lógica a todos aquellos por mil circunstancias desearan establecerse en esta santa tierra. Pero como los años han pasado y las circunstancias no son las mismas, pues no. Y así lo han sabido ver muy bien desde el Bloque, que no está el horno para bollos en estos tiempos que corren como manadas de elefantes en una cacharrería de bohemia.
Posiblemente si hubiera existido el Bloque en aquellos años de la emigración tendría una perspectiva distinta, pero la Historia con mayusculas es la mejor maestra y tal vez por eso no quiso que viniese al mundo esta formación hasta que su tierra la necesitara de verdad.
Así que ánimo y a cerrar fronteras. Por suerte ya no hay necesidad de reciprocidad y ahora podemos decir con orgullo ganado a pulso lo que entonces por penuria ni pensábamos: muérete de hambre en tu tierra.
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