De Los Pronombres

Resulta complicado calibrar el devenir de un gobierno municipal que se constituye el mismo día que comienzan las rebajas. Y es que por alguna arcana razón, Compostela quiso abrir una de aquellas puertas que alguien puso en el campo, dejando atrás las teorías del mal menor o lo malo conocido, esas que proclaman que en Atapuerca se vivía mejor porque estas cosas no pasaban, teorías que resucitarán en unos años cambiando solo a los protagonistas. La democracia, como el sol, a unos da la vida y buen color, y a otros les provoca ampollas y quemaduras, que igual endulza la cereza que reseca los embalses. Será cosa de la condición humana, esa que tras unas elecciones nos muestra lo malo y lo peor de sí misma cuando los ellos se convierten en los otros y los vosotros en suyos o tuyos, pero no de aquellos sino de estos o de esos siempre que no vaya a perder lo mío. No hay pues que extrañarse si vemos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma urna, hasta el punto de llegar a recurrir en pataleo un puñado de votos por considerar que los votos de confianza debían contabilizarse como votos nulos. Lo cierto es que ya no hay marcha atrás y las cartas, de recomendación, están sobre la mesa y en el cielo los graznidos de quienes ya ríen por el próximo fracaso municipal porque, si acaso acertara en algo, sería por casualidad, cainita teoría del ellos y el vosotros, versión compostelana. Esperemos al menos que arda Troya si finalmente no lo hace la fachada de la catedral, incendiaria decisión tras la que solo nos queda esperar y ver si, tras el discurso de investidura, el Pp nos ofrece algún programa como modelo. Pero nuca más como modelitos.

Publicado en SANTIAGOSIETE el 8 de Julio de 2011