Por Raquel Martínez
A todo se acostumbra uno excepto a la rutina, dicen, que es cuando lo sorprendente se convierte en cotidiano. Hablamos, claro está, de Conde Roa, alcalde de Santiago, y de su reata. Lejos de nosotros glosar miserias o glorias de mandatario alguno, cada cual se juzga por sus hechos y, los jueces, por los de todos, que nosotros solo miramos. Pero entre unos y otros hay que reconocer que aquel se lo pone difícil a quienes días tras noche pretenden hacerle caer porque noche tras día se inventa un nuevo itinerario para desaforo y sulfuro de quienes le hostigan, divertimento no pequeño para ciudadanos tan sufridos.
Ahora ha sido el turno del recentísimo acto de homenaje en el cementerio de Boisaca al grupo de fusilados en Santiago en tiempos de la guerra civil, muertos de la manera más ignominiosa que imaginarse pueda, a manos de sus propios vecinos, represalia que es en Galicia deporte declarado de interés social lo mismo hoy día que entonces. Lo cierto es que allí estaba el alcalde, lo cuenta Galicia Confidencial, rindiendo el dicho homenaje para que algo así “nunca más se vuelva a repetir” por calificar los fusilamientos de “injustos”, muertos, como dice la placa que se descubrió “en defensa de la libertad y de las instituciones democráticas” por más que duela saber que quienes mataron o hicieron en nombre de la libertad y las instituciones democráticas, aunque otras, las suyas, no las de los fusilados sino las de los fusilantes, que es lo estúpido que tienen las guerras civiles.
Pues así ocurrió, en efecto, agarrados como tres náufragos a un salvavidas los tres portavoces municipales a la corona de flores, Paula Prado, Sánchez Bugallo y Rubén Cela. Juntos y puede que revueltos.
2 comentarios:
Me parece indecente que alguien como Conde Roa esté en este acto. Es insultante.
Pues vale.
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