Cómo quedarse informativamente a dos velas (negras)

Finalmente se marchó abril con el eco de la última campanada, se fue igual que llegó, por la puerta de atrás. Pasó el mes con sus lluvias y estas acabaron por desdibujar la esperanza que albergábamos en el bolsillo de las esperanzas disparatadas, la de volver a ver el Códice Calixtino. Abril era el mes de su regreso al olvido de su museo, el abril también robado de Sabina, el abril de las aguas mil y mil veces mil. Y el Códice no ha aparecido. Que sepamos, claro. Tanta espera  para tan poco, otra exclusiva que se diluye.

Y es que en Abril aparecería el Códice, así lo anunció CorreoTV en su primer informativo del año. Pues ha sido que no. Lo anunció en titulares en compañía de la fuente de la noticia, una parapsicóloga, la cual a su vez rubricaba su información en la alineación de planetas que entonces estaba por venir. Algo ha debido fallar, suponemos, y no podemos imaginarnos el qué, pero los planetas ya no son lo que eran. Es una lástima porque nos hacía ilusión que el reverendo manuscrito regresara para poder olvidarnos nuevamente de él otros tantos siglos. Otra vez será. Poca sensibilidad la de los planetas, oiga, jugando de este modo con nuestra credibilidad. Veremos si los otros asuntos sobre los que vaticinó aquella se cumplan. O no, porque lo de la tormenta cósmica que nos dejará patas arriba a finales de año no nos coge en buen momento.

Pues así está la cosa, cada cual entiende la actualidad como lo parece, y si además recibe dinero público por ello es como una primitiva con bote. Esa es una de las ventajas de ser jefe, que si la cosa sale mal la culpa siempre es de los otros, y aun en el caso obvio de que no pueda culpárseles siempre podrán decir que es culpa de una conspiración o de una persecución por razones personales. Todo un clásico.

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