Existe cierto consenso acerca de las razones últimas que ha llevado a Compostela Monumental a solicitar la celebración de un Año Santo Extraordinario: que se les ha ido la olla. O la pinza. Este consenso, que hasta ayer era solo una sospecha, se ha confirmado hoy al hacerse público un comunicado de su presidente, “Cuestión de Fe”, en el que tras un prolijo, erudito y enrevesado análisis más o menos certero sobre el estado actual, el pasado y el presente del Camino, concluye que “lo mejor” (el entrecomillado es nuestro) es la celebración de ese Año Santo Extra. A Mayores, que queda más enxebre. Aunque mejor dentro de tres, se añade, porque de este modo coincidiría con cierto acontecimiento eclesiástico del Apóstol como es la autentificación de sus restos. En tal caso…no discutimos su exposición y llegado el caso la aplaudimos por valiente. Pero la conclusión muestra la flaqueza del argumento porque nos lleva a preguntarnos ¿Por qué un Año Extra? ¿Por qué no tres, o cinco?
No es de extrañar la sorpresa generada por la iniciativa que, tras ser digerida, ha sido dejada de lado por casi todos… los mismos casi todos con una sonrisilla del tipo “…en el fondo, la verdad es que bien mirado…”, sin contar los que ya se ven, como renacidos, al frente de alguna de esas oficinas subterráneas que monta la Xunta en estos acontecimientos para el trinque (solo por si hay que cambiar de coche).
Iniciativas como esta, sin embargo, no deben dejarse caer en saco roto, son muy útiles y de ellas conviene sacar conclusiones provechosas. Por ejemplo, que a pesar de las apariencias no se tiene ni idea, ni respeto, sobre lo que es un Año Santo, un peregrino, un compostelano, una Santiago ni, peor que todo eso, ni idea sobre lo que es no tener ni idea. Pero reírnos, bien que nos hemos reído un rato.
Lo más probable es que la Iglesia, en su proverbial prudencia cuando no socarronería, haga como si no hubiera escuchado nada, sorpresa tan monumental como compostelana supondría otra cosa. Tal vez porque existen documentos, amarillos y roídos, que prueban que los ‘años santos’ ya existían antes, por increíble que nos pueda parecer, que la propia Compostela Monumental, antes incluso que el aeropuerto y, más que probable, antes que las ‘minigaitas’ y que Zapatones reencarnado.
Posiblemente seguiremos escuchando hablar del asunto algunos días más por lo que casi mejor taparnos los oídos resignados acordándonos del viejo adagio, “son más temibles los tontos que los malvados, porque aquellos nunca duermen”.
-Pero….¿y qué dicen desde el Concello?
-No mucho, son esos de ahí, los que andan silbando…
-¿Y la oposición?
-Pendientes por si se equivocan al silbar…
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