Por Ana Ulla
Existía un desmesurado interés por asistir a la rueda de
prensa de hoy y empaparse de la intervención de Mercedes Rosón. No solo por
ella, sino por la ocasión de no tener que escuchar por una vez a Francisco
Reyes y su retórica de portavocía donde sobre cualquier asunto no se sabe si va
a anunciar el Apocalipsis o está explicando el teorema de Pitágoras. Pero
volviendo al asunto, ya que se la pudo ver por fin y se podía estar sentado, no
faltó quien decidió quedarse e incluso escuchar lo que dijo.
Porque el caso es que habló Mercedes, sí, solo hace falta
ver qué buen día ha hecho hoy, y lo hizo con atuendo de azafata del Un, Dos
Tres y la chupa de hablar de cultura. Y habló, sí que lo hizo, de la cultura en
Santiago y de sus últimas bocanadas, para decirnos que “cada fracaso cultural
es una lápida en su identidad”. ¿Quién si no podría decir eso? Como ejemplo, la
suspensión del Ciclo Amal por más que pensábamos que se referiría a él para
desmentir lo dicho ayer por el alcalde, a saber, que el actual gobierno
municipal ha sido el único en soltarle cuartos y que la última ayuda (dos
millonacos de pesetas suyos y de usted) la rechazó, así que nos quedamos con
las ganas de desmentido ya que no nos convence el que semejante apuesta
cultural sea promovida por un hotel de cinco estrellas como para recibir dinero
del contribuyente que, al decir de algunos, la cultura está bien pero el
celuloide tiene muy mala digestión.
Pero aún habló más, habló del negroscuro futuro de pequeñas
compañías y productoras y la descapitalización cultural de Galicia, pero sin
aclarar demasiado, tal vez por su relación con el incremento del paro, quién
sabe. Y de la sala Nasa, que no de sus propietarios, actualmente ocupada por
otra iniciativa con cierto concepto de la cultura algo distinto, que es lo que
tiene la cultura, que cada cual habla de ella como de las volutas del humo de
los cigarrillos o de los garabatos de los cativos, según haya dormido en la
butaca. Y habló de la ausencia de las convocatorias del premio Novos Artistas, de
Curtocircuito y su incierto futuro, programas de dramaturgia que no cuajan, la
desaparición del premio Anxel Casal o de Educa Compostela.
¿La culpa? Del alcalde y su agonía. De su situación político
– judicial, suponemos, que nos está llevando a este declive cultural. Porque
estas pérdidas son para Santiago, en palabras de la magna concejala, “semejantes
a las pérdidas de sus piedras y sus monumentos”, así que ya puede hacerse una
idea de la magnitud del estropicio.
Y habló más, aunque callando, del paro y la corrupción con
esa forma que tiene esta oposición de tratar semejantes temas, que es como
quien mienta la soga en casa del guillotinado. Y del proyecto de ciudad que el
alcalde está a echar por la borda basado en la cultura, la educación, el medio
ambiente, el planeamiento urbano y el turismo. Tela.
Señora Rosón, estoy con usted. Porque la cultura no se mide
en cifras, no, sino a través de la responsabilidad “de mirar por lo nuestro con
cuidado, cariño, respeto, sentido y sensibilidad “(sic).
Palabras preciosas y muy elegantes además de comprometidas.
Y ciertas. Pero que me dejan intranquila ya que al igual que la mayoría de los
compostelanos, al no ser funcionaria, política, artista o estudiante, apenas
tuve oportunidad de participar de tan golosos acontecimientos culturales en vías de
extinción y que me cuentan resultaron ser colosales, así que usted que no se
pierde una ¿me promete que si vuelve a gobernar los repondrá…e irá por mi
mientras trabajo? Nosotros los seguiremos pagando, no se preocupe, pero no quiero que fuera
de Santiago se diga que vivo en una ciudad de analfavetos.
1 comentario:
Desde luego Mercedes Rosón es una persona comprometida con la cultura y es una esperanza para los santiagueses que pudiese se la proxima Alcaldesa. Ánimo Mercedes!!!
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