Imagen: operarios colocando esta mañana la chimenea desde la que se anuncian las dimisiones. |
ANA ULLA. Ya está todo preparado en Raxoi (ver imagen) para el enésimo
Pleno del Fin del Mundo, para que se abran las cajas de los truenos y llueva
azufre, para que se hable de las conclusiones de la comisión de investigación
encargada del caso llamado “Facturas Falsas”. Usted habrá oído hablar del caso,
claro, pero seguro que no tanto como cuando la Pokémon o la Manga a pesar de
que objetivamente su importancia sea mayor. Habrá escuchado el caso pero con
sordina, de rebote, porque los medios de Santiago han bajado la voz hasta
llevarla al susurro en un ejercicio si no de tartamudez informativa sí de ventriloquia
mediática, que es decir facturas pagadas bajo mano y les entra el nervio
parasimpático (o les llaman de la Xunta para que callen…y lo hacen, ser tan
valiente con los caídos tiene esas cosas, que mejor volverse al cortaypega o a dar
publicidad como si fuera noticia, que eso nunca da problema)
Habrá pues Pleno, Pleno que principiará, mire ushté, tratando
de la compatibilidad del portavoz socialista Francisco Reyes para que pueda ser también profesor
asociado además de lo que es (v. convocatoria), y que seguirá con los restantes
puntos de sutura u orden del día hasta alcanzar su clímax facturil. Y entonces,
¿qué pasará? Nada, no pasará nada que no está ya acordado, faltaría más.
Sin embargo, en esta situación de interecontextualización
llaman la atención dos cosas. Primero, que las conclusiones de la comisión de
investigación han sido firmadas por los tres partidos para concluir que existiendo,
al menos, una factura falsa, no es posible en este momento concretar nada acerca de el/los
responsable/es. Y sin embargo, cada día se está pidiendo la dimisión del
concelleiro Juan de la Fuente al que sí se señala como responsable del tema. Suponemos
que esta contradictoria manera de actuar responde al tricompromiso de firmar
las conclusiones perorando del pecado pero sin nombrar el pecador, suponemos,
porque si no, no hay firma. Porque, y esto es la segunda cosa a destacar, como
ya apuntamos en alguna ocasión (v. fariseos y saduceos) lo de la falsedad de la factura es asunto que se
las ha ido a todos de las manos, que bien está erosionar al gobierno municipal,
pero ocurre con las facturas falsas, o irregulares o simplemente raras como con
las ladillas en ciertas casas, que no puede saberse quién las trajo primero. Suponemos
que por ahí van los tiros de gracia de las minutas restaudaroras de los ágapes
más que fraternos que mencionó María Pardo y su irritante costumbre de empezar
enseñando el tobillo y cuando llega a la rodilla le entra el pudor. Por su tono
parece claro que no se trata de facturas de menú de estudiantes, pero estamos
de acuerdo con Francisco Reyes en que queremos verlas, también los ciudadanos
queremos saber qué comen algunos a cuenta del Concello. Pero no, parece como si
hubiera cierto consenso entre los partidos para acabar con el asunto pronto, de
cara a la galería, y sobre todo no remover en el pasado.
El caso es que entre los acuerdos adoptados está el de
remitir las Conclusiones a la fiscalía en una carpeta con el título “a ver qué
pasa”. Nada, seguro, nada que no se haya acordado de antemano entre los tres,
amenazas, desafueros e histerias incluidas en dosis razonables y pactadas, con
dimisión consensuada y adelantando por la derecha si fuese preciso. Todo con
tal de no remover unos, ni informar otros…todo para que María Pardo tenga que
seguir pagándose sus comidas de su bolsillo, que si tanto presume de pagarlas ya
podía invitar a alguna.
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