Por O.P.
Es lo que se llama tener mala suerte, la caprichosa casualidad.
Y es que el periplo de los
imputados por prevaricación en asunto de las costas de Adrián Varela va de mal
en peor. No solo por el Auto, ya recurrido, por el que se acuerda la apertura
de juicio oral, sino por tener enfrente a una fiscal implacable. Sin duda, la
mala suerte aliada con la casualidad se está cebando en el grupo de concejales.
Porque de mala suerte,
y no de otra cosa, puede calificarse que la querella anónima cayese en manos de
la tal fiscal San José, de probada profesionalidad y capacidad de trabajo, tanto que
hasta el entonces Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, se la llevó a Madrid
promocionándola en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado allá
por el 2010 (BOE 1 Mayo de 2010), cargo que ocupó hasta su cese por Gallardón en 2012 (BOE 12 Octubre 2012). Allí, además,
desempeñó la ingrata tarea de trabajar codo con codo con otro ilustre jurista,
Cándido Conde-Pumpido en el enojoso asunto de la investigación de los bebés
robados. Méritos, en definnitiva, que complican el devenir procesal del asunto.
Mala suerte, qué le
vamos a hacer, tener que enfrentarse a ese rigor.
Atrás queda su cometido
en el llamado caso Relámpago, el asunto Someso, por el que se pedía la
imputación de algunos altos cargos del gobierno municipal socialista de A
Coruña, pero que ella entendió que no podía haber responsabilidad penal sino una
“una mala organización y gestión ineficiente del Ayuntamiento (…) no ha habido
enriquecimiento ilícito de ningún funcionario o cargo público” y sobre todo que
a pesar de concurrir “un cúmulo de actuaciones irregulares sin que sea posible
individualizar responsabilidades de las mismas”.
Nada que ver,
naturalmente, con lo ocurrido en Santiago.
Mal pinta, pues, el
devenir de los concejales compostelanos, y no solo para este caso, sino qes ue
además la misma casualidad que día tras día se empeña en meterles el dedo en el
ojo, ese caprichoso azar, puede hacer caer el asunto de la rotonda de Galeras en
la Sección de Delitos Medio Ambientales de la Fiscalía con sede en Santiago.
Sólo faltaría para el colmo que la misma fiscal anduviese por allí. ¿O se dice
anduviose?
Porque, con semejante currículo, nadie podrá pensar que pueda ser parcial.....
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