Por O.P.
La salida de conde roa dejó en
situación inestable no solo la resolución de algunas contratas municipales,
sino el equilibrio de poder social en Santiago, poder que social que mal puede
confundirse con el político. Conde Roa “falló a los suyos”, los que le habían
acompañado durante ocho años, y ese daño no iba a quedar impune. Aquagest y la
nebulosa de la finca do Espiño pendían de un hilo con la designación de Currás
como sucesor y la deriva que los concejales respecto a este nombramiento. Con
la sucesión así ejecutada, el daño estaba hecho, había llegado la hora de
ajustar cuentas.
¿Se trataba de un simple
ajusticiamiento por razones políticas, por despecho entre amigos o por el
contrario el asunto habría que entenderlo en términos económicos? Ya comentamos
con anterioridad cómo, a raíz de una de las conversaciones interceptadas por
Vigilancia Aduanera, uno de los implicados en esta ‘conjura’ limitaba el
alcance de las represalias al tema del Espiño, con lo que tal circunstancia
implica en sí misma, un proyecto que quedaría abortado casi de inmediato tan
pronto Currás se puso al mando.
“…¿conoces a Ángel? (le preguntó Conde Roa a Henry Laiño) y primero cuando me dice Ángel yo pensando en
nuestro Ángel (…) y yo así como flasheado y entonces ya entonces caí que era
Currás (…) y le digo, este pues mira, es al único, yo creo de la corporación
que no he tratado nunca….” (16 Abril 2012), conversación entre Míguez y
Laíño transcripción de Vigilancia Aduanera..
Pero a pesar de las palabras tranquilizadores
de Conde roa a Laíño, Currás no siguió con los proyectos.
Si el terremoto municipal cabía
entenderlo en clave política, ¿qué interés podía tener La Voz de Galicia en
todo ello? Concretamente, el delegado de La Voz en Santiago…Lo cierto es que
toma partido, y mucho, por los que se sienten ninguneados por Conde Roa e
inicia su particular campaña contra el consistorio resultante de la era Currás.
¿Por qué ese interés?, cabe preguntarse.
En cierta ocasión Conde Roa acusó
a Ángel Espadas de ser él quien filtraba a La Voz (Vigilancia Aduanera, 18
abril 2012), por más que él lo negara. Sin embargo, de las trascripciones de la
misma policía resulta precisamente lo contrario:
En efecto, las relaciones de Espadas con el
delegado de La Voz no solo eran fluidas, sino recíprocas en las que el ex
concejal jugaba a dos bandas, transmisión de información privilegiada del
juzgado a cambio de un buen tratamiento informativo:
O, más adelante,
No se movía una sola noticia en
Santiago que no pasara por la criba de la edición compostelana de La Voz, y
todo cuanto se cocinaba en los juzgados acababa sazonado en la misma redacción.
Incluso cuando se dio la falsa, en diciembre de 2012 de una primera
investigación que relacionaba a Aquagest con Conde Roa y Ángel Espadas (una
investigación autónoma del juzgado ajena a la operación Pokémon), ya lo sabían
en La Voz. Así, el 12 de Diciembre de 2012 dice Míguez en conversación
telefónica con el delegado de La Voz que
“…lo que quieren es pillar a
Conde Roa con algo y no saben en qué….”
Información cuya fuente, no podía
ser de otro modo, conocían, filtraciones que se ofrecían a todo el que pudiera tener algún interés en la guerra interna por el poder social en Compostela.
¿Qué interés hay detrás de esa
toma de partido cuando suculentos contratos amenazan con frustrarse? ¿Cabe
pensar que esa particular cruzada personalizada en actores muy concretos se
mantiene a día de hoy?
(Continuará…)
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