Por O.P.
Mucho
ansiolítico, toneladas de antidepresivos deberían tomar algunos concejales del
Concello antes de que puedan llegar a conocerse las respuestas a las cuestiones
que aquí se plantean, preguntas que bien podrían resumirse en una: ¿a quién le
importa, de verdad, Santiago? Preguntas lanzadas como hipótesis, al aire, que
acaso generarían más preguntas a su vez, quién sabe. Porque insistimos, no
hablamos en este caso de la Operación Pokémon, sino de las fuerzas que desde la
trastienda hacen y deshacen en la ciudad considerando la política como algo en
propiedad. Esa es la cuestión, ese es el miedo.
De
momento, conocido lo que hemos conocido, nosotras nos preguntamos:
1. ¿Es cierto que en el piso
particular de un miembro del Concello de Santiago se está tejiendo una
estrategia común de defensa…..aunque solo para algunos ediles?
2. ¿Es cierto que el presidente
Núñez Feijóo ha tomado partido solo por este grupo de concejales dando la
espalda al resto, alcalde incluido?
3. ¿Es cierto que el presidente
Núñez Feijóo ha acudido a alguna de estas reuniones de incógnito y no como
actuación de conjunto o institucionalizada, acompañado de algún miembro de su
gabinete?
4. ¿Es cierto que esa estrategia
pasa por derribar al alcalde Currás, exigencia
irrenunciable de ese grupo?
5. ¿Es cierto que circulan capetas
de los juzgados con información in-cómoda de la Pokémon de mano en mano?
6. ¿Es cierto que hasta Baltar hijo pulula
por esas reuniones?
7. ¿Es cierto que hay en Santiago policías
que hacen de recaderos y mamporreros si algún miembro del Concello así lo pide?
8. ¿Por qué vuelven a aparecer junto
a este grupo, una y otra vez, los antiguos pretendientes al trono del Pp compostelano?
9. ¿Es cierto que Núñez Feijóo se
negó en redondo al cese de Rebeca Domínguez que le exigió Ángel Currás al
conocerse su actuación en los asuntos de las guarderías?
10. ¿Es cierto que no cesa Feijóo al
alcalde y a ciertos imputados solo para no manchar más a su partido y proteger
las figuras de las que piensa que lo heredarán?
Unidad
de actuación, de gobierno, pero en política como en la vida, ¡guárdenos Dios de
los amantes despechados!
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