Por Ana Ulla
Ocurre a veces que, entre elaborar la crónica de un acto y
optar por el afecto hacia su protagonista, nos inclinamos hacia lo segundo
callando, por piedad, lo primero. Así ocurrió ayer en la glamurosa presentación
de la candidatura a alcaldable de Mercedes Rosón, que preferimos mantener
nuestro afecto hacia ella, no correspondido porque nunca hemos pedido nada, que hablar de lo allí vivido. Algo
así como el cumpleaños de un bebé, donde van todos a lo suyo, a dejarse ver a
ver qué se pilla, mientras el celebrante ni entiende ni sabe qué está
ocurriendo, lo colocan, lo afotografían, y a otra cosa. Una actuación de ventriloquía.
Y hasta aquí preferimos decir, lo demás quedará en manos del destino, de esas
sorpresas que con tanta frecuencia se producen en su partido como recordó la estrella invitada, es decir, ella.
Un hermoso jarrón, un vistoso florero pero otra oportunidad
perdida para la ciudad. Fácil, lánguida, muchas nos quedamos con la duda de si
el patrimonio, la universidad, el comercio, la innovación o la industria eran
de verdad pilares de algo o hablaba de sus hobbies entre gala y gala, o se
refería a algunos en concreto tranquilizándoles al decir que continuarán como
hasta ahora, incondicionales, cortesanos, que es norma en urbanidad ser
agradecidos, ya sea para los de aquí o para los familiares que son profesoras
en Barcelona.
Esperamos equivocarnos pero visto lo visto mucho nos tememos
que ayer se escribió el primer capítulo de una historia que comienza diciendo:
fin. Ojalá fallemos, pero es cada cual quien
escoge sus ‘amistades’ por su capacidad para el aplauso.
No, allí no había nadie de parranda, estaban todos muertos. Sería lo que llaman nicho de votos.
2 comentarios:
Como funcionario en Raxoi doy fe que le gusta estar en la calle, oir a todos y preocuparse por sus inquietudes. Pero trabajar, lo que se dice trabajar, nadie la ha visto nunca.
Trabajar?? Never forever, lo de Merche Rosón son las relaciones públicas y el postureo. Para trabajar tenía a su familia, concretamente a Berta Rosón su prima funcionaria licenciada en derecho, con plaza a medida como jefa del departamento de Urbanismo. Berta era la que remaba y le pasaba a firma los expedientes a su prima Merche. Así cualquiera medra. Secretos a voces.
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