Publicado en SANTIAGOSIETE 27 de Abril de 2007
Se atribuye al presidente Touriño la acuñación del término Alcalde –Promotor para referirse a esa figura de la arquitectura política, objeto de demonización inmisericorde y paradigma de la corrupción adosada. Qué rumboso. Una obra perfecta. Como si no existiese corrupción más allá del llamado “ladrillo”. ¿Por qué no hablar, por decir algo, del alcalde-apicultor o el alcalde-tanguero? La especulación inmobiliaria genera más y más rápidos beneficios que cualquier otra actividad espuria, y de ahí su trascendencia y calado de sus repercusiones en política. Pero qué grave error pensar que la corrupción es exclusiva del mundo inmobiliario.
Viene esto a cuento de las capitulaciones patrimoniales del aspirante socialista a regidor de Bande, cuando compromete su honradez ante Notario. ¿Un alarde de honradez? Además de ser una bobada jurídica, causa más miedo que sosiego el gesto que el gasto, pues si afirma el buen hombre que no se corromperá si llega a la poltrona, podremos creerle o no; pero si ha de ir al fedatario público será que ni él cree en su palabra. Si sale elegido dice que abandonará sus actividades inmobiliarias, y así provoca las dudas. Se piensa que querrá decir que delegará, y para este viaje no hacían falta estas hormigoneras.
Se atribuye al presidente Touriño la acuñación del término Alcalde –Promotor para referirse a esa figura de la arquitectura política, objeto de demonización inmisericorde y paradigma de la corrupción adosada. Qué rumboso. Una obra perfecta. Como si no existiese corrupción más allá del llamado “ladrillo”. ¿Por qué no hablar, por decir algo, del alcalde-apicultor o el alcalde-tanguero? La especulación inmobiliaria genera más y más rápidos beneficios que cualquier otra actividad espuria, y de ahí su trascendencia y calado de sus repercusiones en política. Pero qué grave error pensar que la corrupción es exclusiva del mundo inmobiliario.
Viene esto a cuento de las capitulaciones patrimoniales del aspirante socialista a regidor de Bande, cuando compromete su honradez ante Notario. ¿Un alarde de honradez? Además de ser una bobada jurídica, causa más miedo que sosiego el gesto que el gasto, pues si afirma el buen hombre que no se corromperá si llega a la poltrona, podremos creerle o no; pero si ha de ir al fedatario público será que ni él cree en su palabra. Si sale elegido dice que abandonará sus actividades inmobiliarias, y así provoca las dudas. Se piensa que querrá decir que delegará, y para este viaje no hacían falta estas hormigoneras.
José María Sánchez Reverte
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