Publicado en SANTIAGOSIETE el 2 de Mayo de 2008
Para mejorar la imagen de la sanidad pública gallega la Consellería del ramo quiere que los hospitales dejen de ser casas de citas. O al menos eso es lo que se viene denunciando. De esta forma algunas personas dejarán de ponerse tontas con las listas de espera y de paso los responsables se curan en salud aparcando el problema. Pero que no lo hagan en la Plaza Roxa, esa obra que a punto está de sepultar bajo tierra la carrera municipal de Sánchez Bugallo. Compartimos la alegría del alcalde al saber que en el asunto de la Roxa puede escapar de rositas de ser cierto que le aplicarán la llamada “doctrina Botín” (en referencia al presidente del Banco de Santander, no sean malpensados), una doctrina procesal que nos retrotrae a la época de las ordalías. Con esa paz de espíritu ya podrán aprobarse los presupuestos municipales al saberse que no habrá que incluir partidas para limas en ellos. Pero cuidado, que excluido lo penal quedan aún en el aire otras posibles responsabilidades, porque los ciudadanos no le firman a sus políticos un cheque en blanco. Que le pregunten si no a Conde Roa por el suyo.
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